Una de las jugadoras que entróen el primer grupo de despedidas de Universidad Católica de cara a 2023 es Camila Cofré. La defensora publicó este miércoles su texto de despedida, en el que confirma las acusaciones contra Helaine de Grange y contra Cruzados SADP, asegurando que siguen con condiciones mínimas y favoreciendo al grupo de amigas de la subgerenta.
El posteo en su cuenta de Instagram fue apoyado por varias ex futbolistas de las Cruzadas. Antonia Canales, Natalia Campos, Isidora Hernández, Valentina Núñez, Paz González, Tindra Biedermann, Monserrat Sepúlveda, Valentina Montenegro, Gabriela Aguayo, entre otras.
En el texto, Cofré contó que llegó en 2011 a la UCy defendió su camiseta por 11 años, aunque debía pagar una mensualidad al club durante esos primeros años jugando allí. “A medida que fui creciendo me fui dando cuenta de pequeñas injusticias que cada día se hacían más notorias. Veía a mis colegas en otros clubes, cómo las cosas iban mejorando para ellas mientras nosotras seguíamos ahí”, explicó.
La jugadora aseguró que el plantel no tenía la “posibilidad de entrenar en canchas con medidas reglamentarias. No porque no existieran, pero porque nosotras no podíamos utilizarlas. Sin camarines, sin ayuda monetaria para transporte, sin posibilidad de entrar al gimnasio, sin nutricionista, sin cuerpo médico propio y un sin fin de cosas más”.
Según ella, “muchas compañeras comenzaron a buscar opciones en otros clubes donde existiera mayor proyección del fútbol femenino, algo más de apoyo para poder seguir haciendo lo que en algún minuto amábamos. A pesar de todo, para mí nunca fue una opción irme. En su minuto llegué a considerar cagonas a mis compañeras que se iban, por abandonar el barco y no seguir dando la pelea”.
Pero las cosas fueron empeorando. “Fueron años de defender al club, creerme los cambios que se venían, agradecer cosas básicas como tener dos poleras de entrenamiento para cinco días. Y hablo solo de poleras, ya que shortteníamos uno solo. O un container para cambiarnos de ropa, con duchas que nunca funcionaron y papel higiénico semana por medio”, agregó Cofré.
La jugadora confirma que sí, echaron a la mayoría de las futbolistas que adhirieron a la huelga del sindicato, pero vuelve a acusar a De Grange de amiguismo y favoritismo.”Es cierto, yo siendo una de las 22 que apoyó la huelga sin pensarlo dos veces. Sin embargo, los motivos de estas salidas no fueron por esto precisamente, sino por algo peor: no somos amigas de la subgerente del fútbol femenino”, destacó.
Las acusaciones contra De Grange
“Desde que una ex jugadora del equipo asumió el rol como subgerente del fútbol femenino, el tema se volvió insostenible por varios motivos. Diría que el más preponderante fue el favoritismo que había hacia un grupo pequeño de jugadoras, seis aprox, incluyendo a la polola de la subgerente, y las injusticias e imparcialidad que comenzó a existir”, relata antes de enumerar la serie de pellejerías pasadas.
– Había personas que no iban a entrenar en toda la semana y, lógico, después no jugaban el fin de semana. Se armaba un escándalo y se exigían dentro de la titularidad.
– Jugadoras que en vez de ir a entrenar se iban al estadio a ver los partidos de la UC o incluso a jugar partidos de liga.
– Jugadoras que menospreciaban el trabajo físico del PF o kinésico del kine, siendo incapaces de seguir sus instrucciones, y la subgerente cuestionaba a estos profesionales frente a sus supervisores.
– Jugadoras que tenían beneficios a gimnasios por fuera de la UC. Me llegaron a comentar en un par de ocasiones “buena, si vi que ahora las mujeres de la UC entrenan ahí”, cuando no, no eran las mujeres, eran las amigas nada más.
– Jugadoras que en reiteradas ocasiones fueron rostros en diferentes campañas cuando el resto del equipo nunca se enteró ni se le dieron las oportunidades.
– Regalos de auspiciadores (RedBull y Marley) para el fútbol femenino y que nunca vimos, o que vimos después de meses de insistencia.
Pero eso no es todo, ya que Camila Cofré acusa a la subgerente de tomar la decisión sin consultarle al cuerpo técnico. “Con esto último que está pasando de cara al plantel 2023 me da pena, no por mí, más por las personas que se sacaron la chucha este año, que se ganaron titularidades indiscutidas, capitanías, y aún así no fueron consideradas por el club “porque no son el perfil de jugadoras”. Cuando hay otro grupo que apenas jugó, apenas asistió a los entrenamientos y ellas sí son consideradas para la próxima temporada”, relata.
“¿En base a qué fundamentos? ¿Rendimiento? Hablé con el cuerpo técnico 2022 y a ninguno de ellos se les consultó por rendimiento de las jugadoras, estadísticas ni nada por el estilo para poder determinar quienes seguían en el club. Quién mejor para hablar de rendimiento que el mismo CT que nos vio todo el año”, agregó Cofré.
Según ella, “tampoco se transparentó el proceso de cómo hicieron estas definiciones, no es novedad, pero coincidentemente las más amigas siguen en la temporada 2023 y el resto para afuera o “a la espera de definiciones”. Entiendo y apoyo al 100% que el fútbol femenino se empiece a profesionalizar, lo que significa que los planteles sean más pequeños por temas de costos, más competitivos, pero no puede ser a costa de lo justo, parcial y correcto, que es de lo que tanto se jacta Cruzados”.