Un auténtico papelón se vivió en el Estadio Elías Figueroa de Valparaíso, luego que las autoridades de la Región decretaran la suspensión del partido entre Santiago Wanderers y Universidad de Concepción por la última fecha de la Primera B.
La decisión que tomó la Delegación Presidencial se basó en que “el espectáculo deportivo no reunía las condiciones mínimas de seguridad para desarrollarse” por la ausencia de guardias de seguridad, quienes tomaron una drástica medida contra el cuadro porteño.
La administración actual de Wanderers, que preside Reinaldo Sánchez, mantiene una deuda de hace meses con la empresa a cargo de proporcionarle personal para sus duelos de local, la cual según detalló TNT Sports asciende a los $50 millones de pesos.
Pero lo más grave puede venir ahora para los caturros, pues según lo que determinan las Bases del Torneo de Ascenso, el cuadro porteño corre serio riesgo de perder este encuentro, y lo que es peor, quedar afuera de la Liguilla por el Ascenso.
¿Por qué Wanderers puede quedarse sin Liguilla?
Según señala el artículo 23 del reglamento de la ANFP en Primera B, si no se puede jugar el encuentro según lo programado “por no estar a disposición el estadio designado al efecto“, el club local se le sancionará con la pérdida del cotejo “otorgándole los puntos al equipo rival, el que se entenderá como triunfador por 3-0″.
Lo único que podría salvar a Wanderers de tan drástica decisión, además del pago de una multa de 500 Unidades de Fomento, es que demuestren que ante el Tribunal de Disciplina que hubo “motivos de fuerza mayor”, en este caso, la protesta de los guardias en su contra por la millonaria deuda.
Aquello ocurrirá el martes 29 de octubre en la sede de Quilín 5635, donde el Decano deberá defenderse con uñas y dientes para buscar la reprogramación y realización, pues de lo contrario, terminarán por consumar un sonoro fracaso deportivo e institucional.