Predecir temblores o terremotos ha sido uno de los desafíos más grandes que ha tenido la ciencia moderna.
Al parecer esto estaría por resolverse tras el descubrimiento hecho luego de estudiar el terremoto de Chile el 2010 y el de Japón el 2011, que terminaron con devastadores tsunamis.
Según una publicación realizada en la revista Nature, se descubrió que los sismos más devastadores de la historia han tenido en la previa un “extraño tambaleo en la tierra”.
El estudio se basó en la observación de las redes de estaciones que rastrean la mayor parte de las placas oceánicas.
En ellas se detectaron movimientos repentinos hacia el océano abierto y luego volvieron a invertir su dirección hacia su movimiento normal.
Luego, en la segunda inversión del movimiento, se provocó la rotura del subsuelo, desencadenando terremotos.
Es en este punto donde estaría evaluándose una forma de predecir un terremoto.