Cada cuatro años se agrega un 29 de febrero a los calendarios en todo el planeta y se le llama año bisiesto, lo que es confuso para muchas personas. A continuación, nosotros te contamos por qué se produce este cambio tan extraño.

¿Cuándo hay año bisiesto?

Este 2023 no corresponde a un año bisiesto, sin embargo el próximo no está lejos, ya que corresponde al 2024.

Cabe mencionar que el último año bisiesto que tuvimos fue el 2020.

¿Qué significa que un año sea bisiesto?

Un año es bisiesto cuando, en vez de 365 días, tiene 366, y esto ocurre cada cuatro años y cuando sucede hay un 29 de febrero. 

Esto ocurre debido a que un año en nuestro planeta no tarda 365 días en dar una vuelta al Sol sobre su órbita como algunos piensan, sino 5 horas, 48 minutos y 56 segundos más.

Fue en la antigua Roma cuando se descubrió que el calendario no estaba del todo alineado con el año solar, y fue a Julio César quien se le ocurrió la idea de crear una alternativa al calendario romano más apegado a la realidad y a la rotación de la Tierra.

En este sentido, el emperador le pidió al astrónomo alejandrino Sosígenes que lo ayudara, y este propuso un calendario muy similar al de los egipcios, que tenía 365 días con un día adicional cada cuatro años para así alinearse con el año solar.

Sin embargo, aquel sistema también contaba con pequeños detalles por lo que fue reemplazado progresivamente por el calendario gregoriano desde 1582 y que nos rige actualmente.

Como el calendario juliano exigía un día adicional cada cuatro años, los romanos decidieron que este sería en febrero, que en ese entonces era el último mes del año.

Años más tarde, el papa Gregorio XIII decidió perfeccionar este calendario, y una de las modificaciones que hizo fue hacer que el día adicional de los años bisiestos sea el 29 de febrero y no el 24, fijado por el calendario juliano.

El pontífice además estableció que después del jueves 4 de octubre de 1582 sería 15 de octubre, una supresión de 10 días que ayudaba a desaparecer el desfase con el año solar, y para que ese desajuste no volviera a producirse, se creó un sistema de excepciones a los años bisiestos, el cual dice que no serán años bisiestos los que sean múltiplos de 100, excepto si también lo son de 400.