La expansión del coronavirus en el mundo ha impactado fuertemente en el turismo, área de vital importancia para una serie de países. Tailandia es uno de los que más ha sufrido, pero más allá de lo económico, hay un factor ambiental que preocupa.

Con la baja de visitantes extranjeros y para evitar la propagación del Covid-19, se han visto en la obligación de cerrar parques. Esto ha llevado a que cientos de elefantes, que han sido rescatados con los años de las garras de explotadores, estén en riesgo de volver a ser raptados para trabajos forzados.

Theerapat Trungprakan, presidente de la Asociación de la Alianza Tailandesa de Elefantes, señaló que si el gobierno no interviene, algunos quedarán a la deriva y hasta podrían ser llevados a operaciones de tala ilegal.

"No queremos que vuelva ese tipo de alternativas de supervivencia", explicó. "Pondrá en peligro el bienestar de los elefantes, como tenerlos vagando por las calles mendigando bananas o caña de azúcar".

El impacto del coronavirus ha sido brutal para Tailandia, donde el turismo concentraba más del 20% del producto interno bruto y abarcaba casi el 16% de la mano de obra. Hasta ahora se desconocen medidas para salvar a los elefantes, pero se espera que en los próximos días se anuncie algo al respecto.