El director técnico de la selección francesa, Didier Deschamps, volvió a referirse sobre su quiebre con el delantero del Real Madrid, Karim Benzema. Tras el escándalo Valbuena, el entrenador nunca más consideró al atacante y de seguro eso no cambiará mientras esté al mando del representativo galo.
Al DT todavía le duele la declaración de Benzema a Marca, en la que aseguró que el entrenador había tomado una posición ante el caso dejándose llevar por motivaciones xenófobas debido al origen argelino del delantero: “Deschamps se pliega a la presión de una parte racista de Francia”, sostuvo el jugador.
Ahora Deschamps argumentó que “es una huella todavía. Incluso si con el tiempo se olvida un poco, yo no puedo olvidarlo. No está relacionado sólo con Karim Benzema. También hay declaraciones de otras personas que llevaron a este hecho violento que afecta a mi familia”.
Agrega que “cuando se trata de mi elección como entrenador, la táctica o el aspecto técnico, es algo normal y no importa. Pero en esto se cruza una línea afecta mi nombre y a mi familia. Para mí, esto es inaceptable. Decir ciertas cosas conduce necesariamente a una agresión verbal o física. Sufro las consecuencias. No podemos olvidar. No puedo olvidar. Nunca lo olvidaré”.
Es que las declaraciones de Benzema afectaron a toda la familia del entrenador, a quien le pintaron la casa acusándolo de racista. El hecho lo explicó el ex jefe de prensa de la selección francesa, Philippe Tournon en su libro.
“Didier estaba muy afectado cuando su mujer le llamó para decirle que habían hecho pintadas en casa acusándole de racista. Ese día, me quedó claro que no volvería a ver a Karim con nosotros. Cuando entró en el comedor para cenar, la cara de Didier lo decía todo”, sentenció Tournon.