San Marcos de Arica jugó el sábado pasado ante Vallenar en Copiapó y regresaron a casa recién ayer por la madrugada en un viaje accidentado por el momento que vive el país en medio del estallido social.

El plantel nortino pudo volver a Arica sano y salvo tras suspensiones de vuelo y un largo viaje en bus, que incluso tuvo que modificar sus rutas por las protestas que protagoniza el pueblo chileno por décadas de desigualdad e injusticias.

“Llegamos este martes a las 6 de la mañana, fue un viaje durísimo, casi 20 horas con la incertidumbre de no saber si realmente llegaríamos, además del gran gasto que implicó en lo económico para el club, que nos dio todas las comodidades en alimentación y alojamiento extra para que estuviéramos más cómodos”, dijo el defensa Alan Fernández a la Estrella de Arica.

Sentenció que “éstas son las cosas de la vida que te pillan de sorpresa, ahora a concentrarse en el próximo partido después de esta travesía, y volver a la senda del triunfo”.