Pese al convulso ambiente político y social que se vive desde hace ya una semana en Chile, la final de Copa Libertadores en Santiago el próximo 23 de noviembre quedó reafirmada por Conmebol y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se apuntó a la cita.
El máximo mandatario del país amazónico es confeso fanático del Flamengo, uno de los equipos que protagonizará el partido decisivo frente a River Plate. “Estoy estudiando la posibilidad,a petición de la gran mayoría de los flamencos de mi ministerio”, señaló.
“Estoy seguro de que en ese día todos seremos Flamengo, porque Brasil está en nuestro corazón”, agregó Bolsonaro sobre sus deseos de acudir a la primera final en sede única en la historia de la competición.
Flamengo accedió a la final de la Libertadores luego de una contundente victoria sobre Gremio por 5-0 en el encuentro de vuelta de la semis y se medirá con River Plate, actual campeón defensor.