Este pasado jueves Universidad Católica recibió a Flamengo por la tercera fecha del Grupo H de la Copa Libertadores 2022. Y el estadio San Carlos de Apoquindo fue nuevamente escenario de lamentables, violentos y patéticos incidentes protagonizados por los asistentes al duelo.

A la escena de racismo y un adulto hincha de Flamengo con corte en el cuero cabelludo, se sumó un habiloso que lanzó una bengala de forma criminal al sector donde se ubicaban los fanáticos visitantes, un hecho que pudo tener consecuencias todavía más graves: un niño resultó con una herida en su rostro a la altura del ojo.

Y la cordura se pregunta a cuánto estamos de lamentar incidentes fatales dentro de los estadios, viniéndose a la mente la lamentable postal dejada por un hincha de Corinthians, culpable de la muerte de un adolecente boliviano en el duelo como visita del Timao ante San José por la Copa Libertadores 2013.

El culpable, un menor de edad de entonces 17 años, se entregó a la policía reconociendo ser el responsable del bengalazo que impactó en el ojo del adolecente boliviano, de 14 años, quien finalmente falleció.

La barra de Flamengo fue la última afectada por la escalada de violencia de los hinchas de la Católica en San Carlos.

La barra de Flamengo fue la última afectada por la escalada de violencia de los hinchas de la Católica en San Carlos.

En principio la Conmebol castigó a Corinthians a disputar la Copa sin público y a puertas cerradas como local, 18 meses sin hinchas en calidad de visitante y 200 mil dólares de multa. Por su parte, San José debió cancelar 10 mil dólares por no cumplir con las medidas de seguridad.

“Estábamos celebrando el gol del Corinthians. Traje un señalizador (bengala pirotécnica) en mi bolsa, lo fui a encender. Le saqué la tapa y estiré la cuerda, no pasó nada, no sabía muy bien cómo usarlo, estiré de nuevo y se fue a la hinchada boliviana. No sabía que saldría volando y me enteré que el chico había muerto cuando ya estábamos en el autobús", explicó el responsable.

Durante varios días los rumores apuntaban a que la Conmebol incluso expulsaría a Corinthians de sus registros. Finalmente la sanción de local del Timao fue reducida a sólo un partido a puertas cerradas.

Esta semana fue Universidad Católica la pudo lamentar la muerte de un espectador visitante y mañana puede ser otro. La pregunta es qué hacer para que nunca más suceda algo parecido. Después de todo, la vida de una persona es lo más valioso que puede existir y jamás un partido de fútbol o una rivalidad mal entendida puede ser el argumento para atentar contra otro ser humano, menos un niño.

Respecto al aborrecible gesto racista, el antecedente más cercano es el reciente castigo a River Plate por la misma acción: una multa 30 mil dólares por infringir los artículos 9 y 17 del Código Disciplinario ante Fortaleza, junto a la advertencia que, en caso de repetirse, habrá sanciones mayores.