La cuarta noche del Festival de Viña del Mar tenía como denominador común la música urbana. El artista encargado de abrir la jornada fue Mora, quien con su simpatía y ritmos contagiosos logró conquistar al temido Monstruo de la Quinta Vergara.
El cantante puertorriqueño poco a poco se ha ido abriendo camino en la música latinoamericana. El artista de 27 años llegó por primera vez a Viña del Mar, tierra fértil para los exponentes urbanos. De hecho, este 28 de febrero se cumplen 18 años desde la presentación de Daddy Yankee aquí, un verdadero hito para este escenario. Palabras mayores.
Desde un principio se notó que el público no solo llegó a ver a Anitta, ya que cantó y perreó cada uno de las canciones que suenan cada fin de semana en las diversas discotecas del continente. Si bien Mora reconoció que estaba nervioso en la Quinta Vergara, poco se notó con sus ritmos electrizantes. Si Maná hizo del Festival un karaoke, Mora la convirtió en una pista de baile.
Mora se lleva las dos gaviotas
Éxitos como “Memorias” o “Una vez”, canción que realizó junto a Bad Bunny y que grafica su importancia dentro del género, desataron la locura de los fanáticos en Viña del Mar. El público a esa altura estaba en éxtasis y el único remedio era entregarle las merecidas Gaviotas de Plata y Oro que reconocen a los artistas destacados que visitan la ciudad jardín.
Gabriel Mora, más conocido por su apellido, demostró en uno de los escenarios más importantes del continente que es uno de los nombres fuertes de la música urbana en la actualidad. El Monstruo lo gozó con todo y dejó al público con el ánimo por las nubes antes del arribo del humorista de la jornada, Lucho Miranda. Anitta será la encargada de cerrar esta cuarta noche durante la madrugada.
“Todavía estoy procesando todo. Quizás en los próximos días vaya cayendo en la realidad. Feliz de haber estado aquí”, señaló un emocionado Mora en el backstage del Festival de Viña del Mar.