Si hay un álbum icónico en el amplio universo del metal mundial, ese es sin duda el “Master of Puppets”, de Metallica, sin dar pie a dudas o discusiones. Justamente esa placa cumplió 35 años desde su publicación este miércoles 3 de marzo.
Placa crucial del thrash metal, pero también de la música emanada de Estados Unidos en términos generales, tras suceder a “Kill ‘Em All” y “Ride the Lightning” que previamente habían posicionado a James Hetfield y compañía como altas figuras del metal.
El asunto es que “Master of Puppets” los elevó definitivamente a una popularidad inusitada y con apenas ocho cancionesque terminaronmarcandomuchos fanáticos alrededor del mundo, al mismo tiempo que se mantiene como una de las obras más influyentes del género.
No por nada Rolling Stoneconsidera este trabajo en el puesto número 167 de los 500 Mejores discos de todos los tiempos yel segundo mejor Disco de Metal, después de “Paranoid” de Black Sabbath. Reconocimientos de los que nadie se quejaría.
Pero así como reportó alegrías, también trae penas. El hito más triste de “Master of Puppets” es ser la última grabación de estudio del bajistaCliff Burton, quien encontró su muerte en un accidente de tránsito mientras realizaban la gira de promoción del disco, en septiembre de 1986.Vinieron entonces Jason Newsted y, luego, con Robert Trujillo para continuar el legado.
“Master of Puppets” se convirtió enel primer álbum de metal en ser preservado por el Registro Nacional de Grabacionesde la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en 2015, al ser contemplado “cultural, histórica y estéticamente significativo”.