Ni lluvia ni viento. Esta vez es el sol el que podría sacudir la final del torneo más tradicional del tenis.  Con temperaturas que podrían rozar los 30°C este sábado y domingo en Londres, Wimbledon ya encendió las alarmas ante una posible ola de calor.

Esto podría obligar a activar una norma poco conocida, pero que puede cambiar el desarrollo del partido.

Cabe recordar que el sábado 12 de julio se juega la final femenina entre Iga Swiatek y Amanda Anisimova, mientras que el domingo 13 de julio se juega la final masculina entre Carlos Alcaraz y el ganador de la semifinal entre Novak Djokovic y Jannik Sinner.

La regla que podría alterar la final de Wimbledon

Se trata de la regla del índice de estrés térmico, un mecanismo que permite pausas durante los partidos si el calor alcanza niveles peligrosos. 

Si el índice supera los 30.1 grados (considerando temperatura del aire, humedad y superficie), cualquier jugadora o jugador puede pedir la aplicación de esta norma. 

La decisión se toma con mediciones antes del inicio, a las 14:00 y a las 19:00 horas de Londres (9:00 y 14:00 horas de Chile).

Aryna Sabalenka sostiene hielo en su cabeza y se cubre con una toalla en Wimbledon (Getty Images).

¿Qué podría pasar en la final?

La regla se aplicaría solo en partidos individuales que aún no han comenzado y basta con que un solo jugador lo solicite.

Si se aprueba, podrían producirse pausas extra para refrescarse o incluso retrasos si se considera peligroso jugar. 

La medida fue introducida en 1992 para partidos femeninos y se amplió a todos los individuales desde 2019. Se utilizó por última vez a inicios del torneo, cuando la temperatura llegó a 34°C.

Desde la organización advirtieron que están preparados para este escenario, con medidas para proteger a jugadores, público, staff y recogepelotas.

El público de Wimbledon sufre con el calor (Getty Images).