La reciente formación del huracán Milton en el océano Atlántico han aumentado las preguntas sobre la posibilidad de que fenómenos similares ocurran en Chile.

Aunque el país puede experimentar otros eventos climáticos severos, los huracanes no forman parte de su realidad y a continuación te explicamos las razones detrás de esta ausencia.

¿Por qué en Chile no hay huracanes?

Son varias las razones geográficas y climáticas explican por qué en Chile no hay huracanes:

1. La ubicación geográfica de Chile

Chile se extiende a lo largo de la costa del océano Pacífico, donde las aguas son significativamente más frías en comparación con las aguas cálidas del océano Atlántico.

Los huracanes se forman típicamente sobre aguas cálidas, donde la temperatura del océano es superior a los 26 °C. La corriente de Humboldt, que fluye frente a la costa chilena, trae aguas frías desde el sur, lo que inhibe el desarrollo de estos sistemas.

2. La cordillera de los Andes

La cordillera de los Andes actúa como una barrera natural que protege al país de muchos fenómenos climáticos extremos.

Cuando los sistemas de baja presión o tormentas se acercan desde el océano, la cordillera puede desviar o debilitar estas perturbaciones, limitando su capacidad para intensificarse en huracanes.

Cordillera de los Andes alrededor de la ciudad de Santiago de Chile | Foto: Imago

3. Clima y patrones meteorológicos

El clima de Chile varía considerablemente a lo largo de su extenso territorio, desde el desierto de Atacama en el norte hasta los climas más templados y fríos en el sur.

Aunque la región central y sur puede experimentar tormentas y vientos fuertes, estos no alcanzan la intensidad necesaria para clasificar como huracanes. Los patrones meteorológicos en el Pacífico Sur son diferentes a los del Atlántico, lo que también limita la formación de huracanes.

Otros eventos climáticos extremos en Chile

Aunque los huracanes son inexistentes, Chile no está exento de fenómenos climáticos severos.

La temporada de tormentas puede traer lluvias intensas y vientos fuertes, especialmente en la zona sur.

Estos eventos, si bien son destructivos, son diferentes de los huracanes en su formación y características.