¿Quién no ha sentido alguna vez que una pequeña chispa de frustración se convierte rápidamente en un incendio incontrolable de emociones con su pareja?
Si alguna vez has experimentado cómo un simple desacuerdo puede transformarse en una discusión acalorada en cuestión de segundos, no estás solo.
¡Pero tenemos buenas noticias! Un nuevo estudio llevado a cabo por un grupo de psicólogos de la Universidad de St Andrews, en Escocia, descubrió que la solución a esos conflictos de pareja no requiere largas terapias ni conversaciones interminables, sino algo mucho más simple: un descanso de cinco segundos.
Descansar cinco segundos entre discusiones
Los psicólogos (Annah McCurry, Robert May y David Donaldson) realizaron una serie de experimentos emocionales y de estrés con 81 parejas voluntarias.
Estas parejas participaron en un juego interactivo diseñado para provocar conflictos, donde incluso podían enviar un sonido fuerte y desagradable a su pareja durante momentos de tensión.
A lo largo del juego, las parejas fueron interrumpidas y obligadas a tomar descansos en distintos momentos y por diferentes duraciones.
Usando cámaras de 360 grados y software avanzado de aprendizaje automático, los investigadores analizaron los niveles de frustración y enojo de los participantes, basándose en su tono de voz y expresiones faciales.
Los resultados fueron reveladores: un descanso tan corto como cinco segundos, tomado antes de que la frustración escalara a un punto de no retorno, fue tan efectivo para desescalar la situación como descansos más prolongados de 10 o 15 segundos.
Esto sugiere que no es tanto la duración del descanso lo que importa, sino el hecho de que la pausa se realice.
¿Cómo implementar esta técnica?
Los psicólogos detrás del estudio recomiendan que las parejas adopten esta sencilla herramienta en su vida cotidiana.
Cuando sientan que la frustración o el enojo están aumentando, deben tomarse un momento de cinco segundos antes de responder o actuar. Este pequeño respiro puede ser suficiente para evitar que una discusión escale más de lo necesario.
La investigación se publicó en la prestigiosa revista Communications Psychology.