Mientras diversos sistemas frontales han azotado a diversas regiones del país durante las últimas semanas, trayendo lluvias inesperadas y temperaturas inusualmente bajas, el fenómeno de La Niña parece estar jugando al escondite con los meteorólogos debido a que aún no se ha instalado de forma definitiva.
¿Cuándo llegará el fenómeno de La Liña?
Expertos de la Oficina de Meteorología de Australia (BoM) ha actualizado su pronóstico, sugiriendo que La Niña podría retrasarse hasta la primera semana de octubre, ya que informes iniciales la pronosticaba para el invierno.
Esta nueva estimación se basa en los últimos modelos climáticos, donde solo tres de los siete estudiados indican que las temperaturas del océano podrían caer por debajo del umbral necesario para La Niña (-0,8 °C) en octubre. Los otros cuatro modelos predicen que nos mantendremos en una fase neutral del fenómeno ENSO (El Niño-Oscilación del Sur) durante todo el período de previsión.
Mientras tanto, el Centro de Predicción Climática (CPC) de Estados Unidos también mantiene su pronóstico de que La Niña podría comenzar entre agosto y octubre de este año, con un 70% de probabilidad.
En caso de que no se establezca dentro de este periodo, hay un 79% de probabilidad de que lo haga entre noviembre y enero, lo que sugiere que el fenómeno podría impactar el verano austral.
¿Qué significa que llegue este fenómeno climatológico?
Este fenómeno se caracteriza por un enfriamiento de las aguas superficiales del océano Pacífico ecuatorial, lo que altera las corrientes de viento y, en consecuencia, el clima en diferentes partes del mundo.
En el caso de Chile y gran parte de América del Sur, La Niña suele traer consigo una serie de efectos específicos:
- Sequía y menos precipitaciones: Durante La Niña, es común que en Chile se registre una disminución de las precipitaciones, especialmente en la zona central y sur del país. Esto puede intensificar los problemas de sequía, afectando la agricultura, la disponibilidad de agua y aumentando el riesgo de incendios forestales.
- Temperaturas más bajas: A pesar de que La Niña puede generar temperaturas más frías en algunas áreas, el impacto exacto en las temperaturas depende de la región. En el caso de Chile, se esperan inviernos más fríos y veranos más cálidos y secos.
- Impacto en la agricultura: La menor disponibilidad de agua y las temperaturas extremas pueden afectar los cultivos y la producción agrícola, impactando la economía rural y, eventualmente, los precios de los alimentos.
- Condiciones en el océano: La Niña también puede influir en la temperatura y en las corrientes oceánicas, afectando la pesca y la biodiversidad marina.
- Fenómenos extremos: Aunque es menos común en Chile, La Niña puede aumentar la frecuencia de tormentas y huracanes en otras partes del mundo, especialmente en la cuenca del Atlántico.