Un partido amargo fue el que disputó Chile ante México en San Diego y donde hubo grandes diferencias entre lo ocurrido en el primer y segundo tiempo.
La Roja se creó la mejores ocasiones de gol: error de Salcedo en la salida, fue aprovechada por Castillo, pero no pudo nunca perfilarse para rematar.
A los 13´ Arturo Vidal pudo abrir la cuenta cuando le ganó a los defensores aztecas y remató de cabeza para que el Memo Ochoa se luciera con un gran tapada y ahogara el grito de gol del King.
Nicolás Castillo protagonizó dos jugadas de gol, primer Ochoa tuvo que salir fuera del área para despejar de cabeza la envestida del ex Universidad Católica, luego fue el defensor Moreno, el que sacó la pelota de la línea luego que el Nico cabececeó y tenía vencido a Ochoa.
La Roja era más, y la desesperación era de los mexicanos, esto se reflejó en una fea falta del Chuky Lozano sobre Vidal que le significó tarjeta amarilla.
Si la primera parte fue auspiciosa para la Roja, el segundo tiempo fue de terror: A los 49´ Jiménez estrelló un disparo en el palo izquierdo del arco de Gabriel Arias.
Dos minutos después, el mismo Jiménez ejecutó desde los 12 pasos un penal que emanó de una mano de Pedro Pablo Hernández en area chilena.
En el minuto 62 Héctor Moreno aprovechó un tiro de esquina y de cabeza venció a Arias para decretar el 2-0 en favor de México.
Chile no reaccionaba y un minuto después, el Chuky Lozano fusiló a Arias para poner el 3-0, doloroso.
A los 71´ se juntó Isla con Vidal, el Huaso sacó un centro atrás que fue capitalizado por Castillo que convirtió el descuento para los nacionales.
Después del 1-3, Rueda hizo cambios que nadie entendió: Opazo entró a jugar por el sector izquierdo, Gonzalo Jara ingresó por Iván Morales, que pasó desapercibido toda la noche.
México pudo aumentar las cifras, pero un gol convertido por Javier Chicharito Hernández, fue anulado por el árbitro asistente.
Una noche para el olvido, seguramente.