Lionheart llegaba con la obligación de ganar luego de la paliza que le había dado Glover Teixeira en su último combate, pero no logró encontrarse sobre el octágono, lo que su rival aprovechó para destrozarlo por completo.
Con un primer round cargado a las patadas, bastó de solo un movimiento mal ejecutado de Smith para que la pelea se fuera al piso. Ahí, el austriaco no tuvo piedad y le dio por todos lados.
La historia no cambió mucho en el segundo, con un Lionheart agotado a más no poder y sufriendo el factor sicológico. En el tercero nuevamente las cosas se repitieron y sentenciaron el triunfo a Rakic en las tarjetas de los jueces.
En la pelea co-estelar las cosas tampoco fueron muy distintas, ya que Neil Magny controló por completo a Robbie Lawler y lo venció por decisión unánime.
El ex campeón parece haber perdido la fuerza de sus pelea de antaño y se vio muy lejos de la imagen que acostumbra, lo que ha generado preocupación en sus fanáticos.
Una velada emocionante y que deja resultados que moverán las cosas en las distintas divisiones del UFC, que nuevamente demuestra por qué es la empresa líder de las MMA.