Una relación más bien distante. Así se puede catalogar el comportamiento de los hinchas con la Selección Chilena en el Estadio El Teniente de Rancagua, durante una jornada que parecía empezar de buena forma y que terminó viendo la derrota por 3-2 ante Costa Rica.
Primero, y quizás lo más importante, es que la Roja se reencontraba con la afición nacional después de poco más de un año, tras el triunfo con Ecuador por las Clasificatorias al Mundial de Rusia 2018; sin embargo,no se repletó el recinto donde juega O”Higgins, de hecho, el público controlado fueron más de 9 mil 500 personas aproximadamente, incluso se realizaron promociones en las horas previas al juego regalando entradas a los fanáticos y aún así no se pudo completar el aforo.
Segundo, en la previa se vivió el primer contacto entre los jugadores y los hinchas, que fue en el trabajo físico previo al duelo. Allí, a la hora de entregarse la formación titular la gente se hizo sentir, entregando sonoras ovaciones a Gary Medel, Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Esteban Paredes, y fuertes pifias para Junior Fernandes y Johnny Herrera.
Luego, durante el juego se pudo apreciar lo que sería el comportamiento en general de los aficionados durante el encuentro. Un público frío, muy crítico del juego de la Roja y silencioso por largos pasajes, a excepción de un grupo ubicado en la galería que, provistos de bombos y elementos de animación, calentaron el ambiente.
Con el correr del juego se pudo apreciar nerviosismo, ansiedad y, con el marcador en contra, comenzaron a aparecer las críticas hacia el rendimiento de algunos jugadores, siendo Junior Fernandes quien más insultos recibió, y tras el pitazo final, un grupo de hinchas gritaba a viva voz“¡Ándate Rueda!”, pidiendo la cabeza del entrenador colombiano.
Todo lo ocurrido genera preocupación, más aún tomando en cuenta que en dos meses más, enero del 2019, la capital de la Región de O”Higgins recibirá el Sudamericano Sub 20, donde la Roja jugará todos sus partidos en esta zona. ¿Cambiará el ambiente?
Foto: Agencia UNO