En un pálido partido disputado en la Kazán Arena y marcado por el positivo uso de la tecnología, [[Francia]] derrotó a Australia por 2-1 y comenzó con el pie derecho su participación en el Grupo C del Mundial de Rusia. Un equipo poco brillante que resolvió con lo mínimo su debut.
El conjunto galo solo respondió a su favoritismo en los primeros diez minutos, pero luego cayó preso del control de los isleños, que no dejaron espacios en su campo y se fueron al descanso con igualdad sin goles.
En la segunda fracción, la acción llegó a las áreas pero gracias al árbitro Andrés Cunha, quien sancionó vía VAR un lanzamiento penal para el cuadro de Didier Deschamps, que se puso en ventaja con anotación de Antoine Griezmann.
Sin embargo, pasaron cuatro minutos para que el conjunto canguro encontrara la igualdad, gracias a una inocente mano de Samuel Umtiti en su área. Mile Jedinak alcanzó el empate.
Francia se hundía en el epílogo, con la extraña salida de Griezmann para el tramo final, pero vendría la alegría, nuevamente de la mano de la tecnología.
Pogba nuevamente apareció para pelear un balón en campo rival, le gana el quién vive a Trent Sainsbury para superar a Mathew Ryan al minuto 81.
La jugada fue revisada con la tecnología de línea de gol -un chip dentro del balón que le indica al juez si el implemento superó la línea de meta- y validad como el 2-1 final de un partido marcado con la tecnología.
Pese a la tibia presentación, Francia comienza a la cabeza del Grupo C y se proyecta, como se esperaba, para terminar en el primer lugar de una serie que completarán al mediodía las escuadras de Dinamarca y Perú.
Fotos: FIFA
Fotos: Capturas