Un inquietante síntoma dejó este miércoles la final de la Copa de Brasil, que Cruzeiro le ganó por 2-1 a Corinthians para quedarse con el trofeo con un marcador global de 3-1.
Y es que ajeno a la superioridad del elenco mineiro, el gran protagonista de la velada fue el árbitro de video o VAR, con dos sanciones mínimas que terminaron marcando la definición.
El árbitro Wagner do Nascimento Magalhães fue el encargado de dirigir el encuentro, con un polémico desempeño luego de recibir la asistencia de video para corregir dos faltas mínimas que no había advertido.
La primera fue una falta de Thiago Neves contra Ralf, en la que el jugador de Corinthians se deja caer luego de un mínimo contacto en el borde del área, que incluso fue evitado por el crack de Cruzeiro.
La segunda fue peor. Pedrinho pegó un voleo maravilloso desde fuera del área para poner en ventaja al Timao, pero después de ver el video, el juez decidió anular el tanto por una falta casi imperceptible en el borde del área, una mano que apoyó Jadson en el pecho del gigante Dedé, que se dejó caer.
En definitiva el título fue para Cruzeiro, pero la actuación del videoarbitraje dejó en entredicho la irrupción de la tecnología en el deporte rey, por el criterio de quienes la manejan. En este caso, nada menos que el mundialista Wilton Pereira Sampaio, quien estuvo a cargo del VAR.
Foto: Captura