Si hay alguien en el fútbol que no tiene miedo de decir las cosas como son, ese es Marcelo Bielsa.
En su última conferencia como DT del Athletic de Bilbao, por allá en 2013, el rosarino no solo se hizo cargo de la temporada irregular del equipo, sino que también revivió una de las cicatrices más dolorosas de su carrera: la eliminación de Argentina en el Mundial 2002.
“Yo protagonicé el mayor fracaso del fútbol argentino”
Bielsa fue tajante al recordar lo ocurrido en Corea-Japón 2002. Argentina llegó como favorita, con un equipo estelar y una eliminatoria casi perfecta en el bolsillo.
Pero todo se fue a la basura en la fase de grupos: una ajustada victoria ante Nigeria, una derrota ante Inglaterra con penal de Beckham y un empate agónico con Suecia condenaron a la Albiceleste a una eliminación temprana.
El golpe fue durísimo. Para un fútbol como el argentino, no avanzar de ronda era casi impensado.
Bielsa lo sufrió en carne propia. “Yo protagonicé el mayor fracaso del fútbol argentino y fui criticado de forma increíble”, reconoció, asumiendo la responsabilidad de la debacle.
Un técnico que se hace cargo
Pero Bielsa nunca ha sido de los que buscan excusas. En su despedida de Bilbao, dejó una reflexión que bien podría aplicar a su experiencia en 2002.
“Me siento más cercano al equipo que recorrió la adversidad que al que recorrió el éxito”, dijo.
Lo cierto es que, pese a aquel golpe, Bielsa siguió en la selección argentina y logró revancha dos años después, llevándose el oro olímpico en Atenas 2004. Pero el Mundial de 2002 quedó marcado a fuego en su historia, y él lo sabe mejor que nadie.
Como actual entrenador de la Selección de Uruguay, no ha estado ajeno a las críticas. Sin embargo, se le sigue reconociendo como uno de los entrenadores más prestigiosos.