Pocas veces se vio en la Copa Libertadores un gol con tantas peculiaridades. Se dio en el choque entre Palmeiras y Guaraní y con presencia protagónica del árbitro chileno Roberto Tobar.

Todo aconteció en el minuto 53. Rodrigo Fernández le dio una patada a Rony y el juez nacional le puso tarjeta amarilla. Mientras tanto, el Verdao jugó rápido y ubicó a Luiz Adriano frente al arquero rival.

Nadie se percató de la acción excepto el delantero. Tras un rebote, el balón le dio en la rodilla y se metió entre las piernas de Gaspar Servio para el 1-0.

Al final, Palmeiras ganó por 3-1 con triplete de Luiz Adrianoy se consolidó en el primer lugar del Grupo B de la Copa. Guaraní, que eliminó a Palestino en la fase previa, quedó segundo.