Mansur Calar, mediocampista del Amed SK, fue protagonista de un hecho que dio la vuelta al mundo.
En un partido de la segunda división de Turquía, Calar ingresó a la cancha con una gillette escondida entre su vestimenta y procedió a cortar a sus rivales.
Este jueves la federación turca fue implacable con el volante, al suspenderlo de por vida y no podrá volver a jugar en toda competición turca.
Además de la sanción deportiva, sobre Mansur Calar recae la prohibición de salir del país y asistir dos veces a la semana a una oficina policial de su domicilio como medida de control judicial.