Desde que Tite tomó las riendas como entrenador de la selección de Brasil, los resultados han sido en su mayoría positivos pero la derrota a manos de Argentina en la final de la Copa América es uno de los golpes más duros que ha recibido en este ciclo en el que ya alcanzó los 60 partidos.
En esa cantidad de compromisos su balance es impresionante con 46 victorias, 10 empates y tan solo cuatro reveses. Pero para esta edición del certamen continental llegaban como los grandes favoritos por la sólida demostración que ha tenido en las Eliminatorias Sudamericanas donde prácticamente no ha tenido rival.
De esas cuatro derrotas, tan solo dos han sido en partidos oficiales pero se tratan de un par extremadamente dolorosa pues la primera fue en Rusia 2018 cuando cayó 2-1 en cuartos de final a manos de Bélgica en una exhibición ofensiva por parte de Kevin de Bruyne, Eden Hazard y Romelu Lukaku.
Tres años después y en casa no pudieron ante sus más enconados rivales en el Maracaná. En el medio ganó una Copa América en 2019 sin atenuantes, venciendo una claridad increíble a Perú por 3-0 pero no poder vencer a la Albiceleste es uno de los sabores más amargos que puede tener.
Tite y Brasil ahora deben alzar la cara para continuar su implacable camino hacia Qatar 2022, que cada vez más parece que será la última gran oportunidad que tendrá para que el Scratch domine al mundo tras 20 años después.