Colo Colo sigue sus trabajos en el regreso a las prácticas tras la suspensión del fútbol producto de la pandemia y la crisis sanitaria. El capitán, Esteban Peredes, contó en LUN cómo funciona el estricto protocolo de los albos.

“Me echo perfume antes de subirme a la camioneta”, bromea de entrada paredes. Los jugadores no usan el camarín ni el gimnasio, además de llegar vestidos desde la casa y con una muda a mano.

Agregó que “el protocolo es súper bueno. Estamos separados en dos grupos, a las 9:30 uno y el otro a las 11:30, vamos turnando los horarios por día”.

Siguió complementando: “nos bajamos de a uno en los estacionamientos y bajamos caminando a la cancha, cada 10 metros va el otro atrás. Llegamos al campo de entrenamiento e ingresamos al domo. Ahí tenemos casi cinco metros de distancia entre nosotros y usamos mascarilla todo el rato. Sólo nos sacamos la mascarilla cuando hacemos calentamiento. Cada uno trabaja en un carril propio de 18 metros de ancho por 70 de largo”.

Ya terminado el entrenamiento los jugadores albos “volvemos al domo. Tenemos que llevar otra muda, en la que llevamos una toalla. Nos sacamos la ropa, nos secamos el cuerpo porque estamos todos sudados y nos ponemos la otra muda, siempre usando la mascarilla. Luego nos volvemos al estacionamiento. Cada uno pesca su vehículo y se va para su casa. No nos podemos bañar allá, está cerrado el camarín y el gimnasio”.

Domo de Colo Colo.

Por último, Visogol trató de encontrarle sentido a la contrariedad que le supone la felicidad de estar en cancha con el complicado momento que atraviesa Chile y el mundo producto del Covid.

“Cuando llego, claro, pienso, ‘pucha, estamos en pandemia’. Bajo, me quito la mascarilla, me pongo a entrenar y se me olvida todo. Después termino y vuelvo a pensar lo mismo que el inicio. Pero igual me pongo un poco más contento y más alegre porque uno está entrenando, trabajando y hace lo que le gusta, se desliga un poco del tema de la pandemia. Eso me pasa a mí, en realidad”, sentenció.