La industrialización del fútbol deja cada vez menos lugar a los sentimientos de pertenencia. Pero todavía quedan aquellos apasionados que salen a la cancha como jugadores e hinchas de sus camisetas, los que realmente sienten el resultado.

Es el caso del delantero de Cobreloa Pablo Brito. Después del empate entre los Zorros y Copiapó el martes, que dilapidó las opciones loínas de alcanzar la liguilla de promoción en Primera B, el ariete salió llorando del estadio en Calama. La imagen fue estremecedora.

La explicación llegó este mediodía. “Cuando terminó el partido me sentí súper mal, tenía muchas expectativas de lo que iba a pasar más adelante, estaba ilusionado con clasificar a la liguilla y pelearla para poder ascender”, recordó el atacante.

“Bueno, eso no se dio y mis lágrimas fueron por eso. Tuve mucha rabia y fue más que nada eso. Estaba mal. Siento que soy un hincha más, las personas que me conocen saben que soy de Cobreloa y como cada uno tiene un equipo de sus amores, me da pena”, agregó.

En el balance personal de la temporada, Pablo Brito valoró que pudo sumar “más minutos” y que “cada vez que pude entrar hice lo que me pedía el Profe (Nelson Soto). Quedé conforme con mi rendimiento y espero que el próximo año también sea así”

Finalmente, el canterano naranja aseguró que sus desafíos para 2021 son “de una vez ascender con Cobreloa. Me tocó llegar en 2015 a la Sub 17 y coincidió con el descenso, así que tengo una espinita y una deuda con Cobreloa y es una de mis metas: ascender con el club que me ha dado todo”, completó.

Pablo Brito anotó dos goles en la temporada de Primera B con la camiseta de Cobreloa. Foto: Agencia Uno