Un nuevo dolor de cabeza para Universidad de Chile. Pablo Aránguiz recibió amenazas de muerte vía telefónica y también en sus perfiles en redes sociales, y tendrá resguardo policial mientras se desarrolle la investigación para dar con los responsables.
El mediapunta formado en Unión Española había sido increpado el sábado pasado, cuando un grupo de hinchas invadió la cancha del estadio El Teniente de Rancagua para protestar violentamente tras la derrota por 2-1 contra Curicó Unido.
Posterioremente, el ex seleccionado chileno fue víctima de amedrentamientos e hizo llegar los antecedentes al club, que a su vez los dejó en conocimiento de Carabineros. Los uniformados iniciaron la investigación y establecieron protección policial para el futbolista.
La acción de los antisociales oscurece el presente de la U, que debió buscar contra la corriente a un entrenador que reemplace al renunciado Esteban Valencia y eligió nada menos que a Cristián Romero, de bajo rendimiento al mando del primer equipo en 2014.
El nuevo entrenador deberá sopesar todas las singularidades de un equipo que viene de ocho partidos sin ganar, con apenas un empate en el frasco de ganancias, y que tendrá dos visitas de alta complejidad esta semana: Ñublense el jueves y Universidad Católica el domingo.
Universidad de Chile comparte el noveno lugar de la tabla de posiciones, pero la distancia con el equipo que estaría jugando la final de la permanencia se reduce a sólo tres unidades, por lo que existen farolillos encendidos a falta de cinco partidos para el final de la temporada.
