Tal como se esperaba en los días previos y como temían en el Palacio de Buckingham, la entrevista que sostuvo Meghan Markle y el Príncipe Harry con Oprah Winfrey y que fue puesta al aire este domingo en Estados Undiso fue nada menos que atómica, en cuanto a las revelaciones que hicieron sobre el lado desconocido de la vida en la realeza británica. Momento en el que se habló de intenciones suicidas, además de silenciamiento y racismo por parte del núcleo por la Reina Elizabeth II.

Markle contó entre lágrimas su tortuoso ingreso a la realeza, al punto de que tuvo intenciones suicidas cuando contaba cinco meses de embarazo a la espera de su primero hijo Archie.

La situación se volvió tan crítica que incluso "no me podían dejar sola", aseguró Meghan, quien incluso le comunico a su esposo que no quería seguir con vida, después de contar que la oficina de Recursos Humanos del Palacio de Buckingham ignoró su solicitud de ayuda porque no era una "empleada pagada".

Fue así que consideró que terminar con su vida era "lo mejor para todos" y que "sabía que si no lo decía, lo iba a hacer. Simplemente no quería seguir viva. Ese fue un pensamiento constante realmente claro y que me asustaba. Recuerdo cómo él (Harry) solamente me abrazó. Le comenté que necesitaba ir a alguna parte para pedir ayuda. Dije 'nunca me he sentido así antes y necesito irme a otra parte'. Y me dijeron que no podía, que no sería bueno para la institución".

Entonces, llegó otra de las escandalosas declaraciones, en las que indicó que "cuando me uní a la familia, esa fue la última vez que vi mi pasaporte, mi licencia de conducir, mis llaves, todo lo que se entrega". Por lo mismo, Meghan asegura que Harry le salvó al vida al aceptar mudarse a Los Angeles, Estados Unidos, con ella.

Al mismo tiempo, indicó que hubo preocupación en la realeza por Archie, el primero de sus hijos, debido a "qué tan oscura iba a ser su piel cuando naciera", inquietud que inoculó uno de los integrantes principales de la Familia Real en conversaciones con Harry, alguien sobre quien no quisieron revelar su identidad porque "sería demasiado dañino", pero fue quien constantemente consultaba "qué tan moreno" iba a ser el pequeño.

"En los últimos meses [de embarazo] me dijeron que nuestro hijo no iba a recibir seguridad. Como no le iban a dar el título de Príncipe no le daban seguridad. Pero nosotros no habíamos creado esa monstruosa maquinaria a nuestro alrededor, necesitaba estar seguro", contó Markle.

Y así fue como recalcó: "El primer miembro de la familia real de color no recibió un título. Y se dijo que fue nuestra decisión, pero no lo fue".

Oprah entonces le consultó: "¿Crees que fue por su raza?". Ante lo que Meghan planteó que "voy a dar una respuesta honesta: durante todos esos meses en los que nos hablaban sobre si recibiría un título también hablaban sobre cuán oscura sería su piel".

Entre otras declaraciones, Meghan confirmó que no fue ella la que hizo llorar a Kate Middleton como lo acusaron los tabloides en su momento, sino que fue al revés: Kate la hizo llorar a ella, aunque luego se "disculpó y le envió flores".

También indicó que fue silenciada una vez que se sumó a la familia. Por lo mismo, tras la desvinculación de la pareja de la realeza, "no sé cómo esperan que después de todo este tiempo todavía permanezcamos callados si la monarquía perpetúa falsedades sobre nosotros y si corremos el riesgo de perder cosas. Bueno, ya se ha perdido bastante".

Por su lado, cuando Harry se sumó a la conversación, corroboró las preocupaciones racistas de sus familiares, así como también lamentó el quiebre en la relación con su padre, el Príncipe Charles, y su hermano, el Príncipe William. "Estaba atrapado pero no sabía que estaba atrapado. Estaba atrapado dentro del sistema, como lo está el resto de mi familia. Mi padre, mi hermano están atrapados en esa vida y no pueden salir", declaró contundentemente el hijo menor de Lady Di.