Recientemente, el podcast Tenemos que Hablar, protagonizado por la familia Araneda-Vacarezza, estrenó su segunda temporada tras el éxito de su primer ciclo. Allí, Martina, la hija mayor de Rafael Araneda y Marcela Vacarezza, ha sorprendido al público con su espontaneidad y autenticidad en el exitoso podcast Tenemos que Hablar, espacio en donde participa con su familia.

La estudiante de Ciencias Criminales, reflexiona sobre cómo este espacio ha transformado su relación con la audiencia, permitiéndole mostrar su auténtica personalidad y dejando atrás la etiqueta de la hija de”.

Las confesiones de Martina Araneda

“Siempre me molestó que me vieran como ‘la hija de’, sin que nadie supiera realmente cómo soy. Ahora mucha gente me envía mensajes diciendo: ‘No pensé que eras tan simpática o buena para la talla'”, expresó Martina, agradecida por el cariño recibido en las redes sociales, comenta que, aunque intenta responder a los mensajes positivos, también se cuida de los negativos.

Para preservar su tranquilidad, prefiere eliminar esos comentarios o bloquear a los usuarios que los escriben.

El podcast también ha representado un desafío para Martina en cuanto a equilibrar su vida académica y mediática. Conocida por su exigencia en los estudios, asegura que el programa le lleva tiempo, pero no sacrifica sus objetivos académicos por ello.

“No me gusta sacarme menos de una A, pero tampoco dejaría de hacer lo que me gusta por estudiar”. Esta determinación le ha permitido continuar su carrera en línea, donde explora técnicas de investigación forense, como el uso de sangre falsa, el levantamiento de huellas y la identificación de pisadas.

Sobre su relación con sus padres, Martina destaca la confianza como pilar fundamental. “Con mis papás tengo mucha confianza, les cuento todo. Siempre he dicho que mi mamá es mi mejor amiga. Sé que puedo contarles las cosas sin que me juzguen, y eso me ayuda a sentirme mejor”.

¿Una carrera en comunicaciones? A pesar del interés que ha generado el podcast, Martina aclara que su objetivo sigue siendo convertirse en abogada.

“El podcast me encanta porque lo veo como un proyecto familiar, pero fuera de eso, no me interesa mucho la exposición pública. Me gusta mi vida privada y siempre he querido ser abogada. Aunque, a futuro, no me cierro a nada”.