Mateo Cervera, A.K.A. Teorema, es de esos MCs que marcó con letras doradas su nombre en la historia del freestyle. El cañetino tiene un palmarés y recorrido que involucra la consecución de históricos torneos como BDM Deluxe y el mundial de God Level.
En el aspecto musical, Teorema ha cultivado constantemente un camino paralelo que lo hizo publicar recientemente Cóndor, su segundo álbum.
El primer disco publicado por el cañetino fue Renacer (2018), en donde mostró una faceta musical muy distinta a lo expuesto en Cóndor.
En conversación con el periodista Alonso Corbalán, en una entrevista cedida a RedGol, Teorema analizó las principales claves de su segundo esfuerzo discográfico, dando cuenta de sus orígenes, las ideas que contiene, su concepto y, claro, el freestyle.
Este es tu segundo álbum publicado, ¿en qué se diferencia Cóndor a Renacer?
Los dos marcaron el principio y el final de un ciclo, pero Cóndor tiene canalizadas energías más densas, por así decirlo. Renacer habla justamente de eso, de renacer en sí mismo. El Cóndor es algo parecido, súper espiritual, pero viene siendo un renacimiento desde la oscuridad hacia la luz. En este nuevo disco canalizo toda la rabia.
¿Por qué tu álbum se llama Cóndor?
Porque el cóndor es el animal que representa el ave guardián de mi tierra. En el disco abordo varias temáticas sociales y antisistema, entonces quise representar a un cóndor mecánico que venía del futuro a vengarse del sistema. Es una simbología en la que el cóndor es el guardián de la tierra que vuelve a por lo que se le ha arrebatado.
¿Hay alguna canción que sea más significante para ti, y por qué?
Es Cóndor. Para mí hacer esa canción fue un antes y un después. Además, fue la canción con que nació este proyecto, y fue la primera vez que sentía que en una canción estaba todo lo que quería plasmar.
¿Me comentas un poco sobre el video que hiciste para Cóndor, y las gráficas que hiciste para cada canción?
Cóndor en sí vendría siendo un viaje. Entonces con las gráficas quise representar eso, y por eso el cóndor pasa por la ciudad, por una tormenta, o a veces el cielo cambia de colores. Y al final llega a su hábitat. Llega a las Araucarias, al sol. Eso igual es una metáfora del disco, que el cóndor pase por toda la oscuridad al principio, y que llegue a su montaña al final. Ese fue el concepto que le quisimos dar, y por eso grabé el video donde lo grabé, que fue en la Piedra del Águila, un lugar muy cerquita de mi tierra
En términos de composición, ¿qué tan presente está el freestyle a la hora de escribir tus canciones?
Yo creo que uno siempre hace freestyle. Hasta los que no hacen freestyle, lo hacen encima del papel… Pero, al menos en Cóndor no estuvo tan presente tal como freestyle. Ahora, últimamente sí es algo que hago antes de escribir. Me pongo a hacer free encima de la pista, grabo eso y dejo las mejores frases, y así voy creando.
¿Cómo nació tu relación con el metal?
Cuando chico con mi mamá vivíamos en la pieza de una casa en la que se ensayaba metal. En verdad esa casa era una sala de ensayo. Ahí se ensayaba harto rap, punk y metal, y mi mamá siempre me mostró harta música, y dentro de la que más me gustó siempre estuvo el metal por la intensidad y la complejidad que tenía. Mi mamá era novia de un baterista de metal, que es el papá de mis hermanos, entonces siempre hubo ahí un vínculo con el metal
Catalogas este disco como Nu Metal, movimiento que mezcla la “música pesada” con el rap. ¿Te quedarás desarrollando este estilo, o sería posible verte deambular en otros géneros?
Planeo hacer más temas de Nu Metal, pero por ahora no. En estos momentos estoy trabajando rap. La verdad que es algo que hace rato quiero hacer y darle continuidad, así que estoy full con el rap. Puede que en un futuro suelte algo similar a Cóndor, pero lo que se viene ahora es rap.