En una millonaria y mala teleseriese ha convertido el Napoli esta temporada. El equipo de Carlo Ancelotti no ha refrendado su nivel en la cancha y el protagonismo se lo llevan los problemas extradeportivos, específicamente una orden del presidente que no fue obedecida por el plantel.

A principios de noviembre, el patrón del equipo napolitano, Aurelio de Laurentiis, dijo a través de la radio que todos los jugadores debían asistir a una concentración de una semana en el lujoso spa de Castel Volturno, por los malos resultados del equipo.

La orden fue desconocida por el plantel, que solo estuvo representado por Ancelotti en el balneario. Incluso Edoardo de Laurentiis, hijo de Aurelio, fue increpado duramente por el brasileño Allan Marques en el camarín.

 

Después de todo el zafarrancho se conocieron las millonarias sanciones, recortes que van de un 25 a un 50 por ciento del salario mensual de los jugadores, y casi llegan a los 2,5 millones de euros (2.130 millones de pesos chilenos).

Aunque la mutual de jugadores italianos anunció que rechazará la medida y llevará el caso a la justicia, lo cierto es que De Laurentiis golpeó la mesa sin importar la jineta de los afectados.

Entre ellos se encuentran el delantero Lorenzo Insigne (€374.400), el defensor Kalidou Koulibaly (€225.500), la estrella Dries Mertens (€168.750) y el legendario Fernando Llorente (€93.975), para completar un total de 24 jugadores sancionados.