Soledad Camiroagacontinúa en un proceso de sanación, tras el fallecimiento de su hermano, el emblemático rostro de TVN Felipe Camiroaga.

A sus 51 años se ha hecho cargo de los animales y el santuario que cultivó con tanto cariño la figura televisiva y,ahora, a 8 años desde que dejó de existir, comenzó a compartir recuerdos e imágenes de los perros, caballos y halcones que cuida.

En conversación con Publimetro, Soledad explicó que “compartir algunas fotografías y parte de mi identidad es una forma de agradecer tantos años de cariño que la gente me ha dado, de manera tan incondicional”.

Me ha costado mucho superar el duelo de mi hermano Felipe, ya que estaba recién sobrellevando la partida repentina de mi madre por una triste enfermedad, cuando sucedió el terrible accidente donde él muere, además las circunstancias en que sucedió y la forma en cómo se desarrolló la investigación”, dijo.

De hecho, la tragedia que vivió la Fach en diciembre pasado le hizo inmediatamente recordar lo que había pasado con “El Halcón”.

Fue muy triste, ya que reviví el accidente de Felipe. Me dio mucha tristeza por lo que estaban pasando las familias. Yo sé que es un infierno. Uno de los dolores más grandes y desgarradores que he sentido”, postuló.

Y además sostuvo que “por eso publiqué en Twitter mi comentario. Pensé que con el accidente del 2011, que dejó 21 familias devastadas, habíamos aprendido algo y mejorado nuestros protocolos de aviación”.

Soledad Camiroaga también manifestó su postura frente a los movimientos sociales que continúan manifestándose en las calles.

“Las mujeres ya no tenemos miedo y queremos levantarnos para cambiar el mundo. Las marchas denuncian la desigualdad y la violencia que aún padecemos. Libertad de género, individual y total, es lo que me mueve”, explicó.

Y, al finalizó, concluyó que “tengo 51 años, estoy pasando un momento muy importante en mi vida. El estallido social que comenzó en octubre pasado, nos movió el piso a todos. Me hizo reflexionar sobre cómo las personas en Chile necesitamos con urgencia ser escuchadas. Escucharnos, respetarnos”.

“La necesidad de instancias transparentes, consecuentes y coherentes. En ese sentido, nuestra historia carece del sentido femenino, por eso quise desarrollar un Instagram, para empezar a entregar desde la humildad, amor y esperanza a muchísima gente”, selló.