Son pocas las artistas de las que se puede decir que te golpean con su voz, como si fuese una fuerza sobrenatural, cuando entras al recinto en que se está presentando. Te adentras en sus dominios, donde una especie de encanto con feroz potencia se apodera de los oídos. Mon Laferte no tiene que probarle nada a nadie, pero lo que hizo en el Movistar Arena la noche de este jueves fue demostrar una vez más por qué vale tanto la pena experimentar su show en vivo: es ahí donde libera todo su potencial creativo y sonoro.

Aunque te mueras por volver, Tormento e Invéntame echaron a rodar los engranajes de una maquinaria musical curtida a través de miles de espectáculos. El fiato entre banda y cantante es indudable y la ejecución impecable. No había un rincón del lugar en el Parque O’Higgins que no se llenara con la interpretación y la melodía.

En un espectáculo dividido en cuatro secciones y con el público en el bolsillo, Mon de paso se da el lujo de invitar a una de las más grandes figuras de las baladas femeninas en Chile: Myriam Hernández se abrió paso en un escenario que ya estaba colmado de personalidad y colores.

¿Cómo fue el concierto de Mon Laferte en Chile?

“No puedo creer que esté cantando con Myriam Hernández”, confesó la anfitriona. Si hasta los nervios la traicionaron, despidiendo a Myriam antes de tiempo, cuando aún le faltaba presentar una de las dos canciones que presupuestaron para interpretar juntas. Una del repertorio de Laferte –Amor Completo-, otra de Hernández –Herida-, marcaron la combinación de ambas voces en la velada.

La partida de Antes de ti se la cedió a un coro de 12 mil personas que llenaban el Movistar Arena. Y así fluyó el show, una combinación entre las almas presentes y el vozarrón de la ex Rojo. Básicamente, el protocolo de la noche: la fidelidad de los fans siguiendo cada una de las líricas.

Las pausas entre actos sirvieron para camuflar los cambios de vestuario. Pero cada retorno de la intérprete fue como un nuevo golpe de fuerza.

Si tú me quisieras entró con todo tras la primera pausa, para luego volcarse a saldar una deuda pendiente: la revisión en vivo y en Chile de su último disco, 1940 Carmen (2021), álbum que reencausó su carrera hacia un perfil más pop, tras coquetear con el folclore mexicano en Seis, otro de los trabajos revisados en la jornada.

¡Así se vivió Mon Laferte en Chile! (Foto: María Loreto Plaza @estricolor)

“Hola poh, ¿cómo han estao’? ¿Me echaron de menos?”, preguntó Mon a una audiencia que esperaba verla de nuevo desde hace tres años, cuando se reunieron en el mismo lugar. “Qué bonito regresar a mí país y cantar para ustedes. Está mi familia, mis amistades de toda la vida…”

Un “te amo” la interrumpió desde la platea alta. “Yo también te amo”, le respondió ella. “Mi público amado. Y los que me conocen hace poquito y los que me dicen ‘nooooo, yo te veía desde Rojo, siempre votaba por ti… Mentiiiiraaaa…”.

“Gracias por estar acá. Yo sé cuánto cuesta venir a un concierto. La entrada, la micro, la piratería allá afuera. Todas esas cosas. Estoy muy contenta”, recalcó feliz.

Supermercado, Química Mayor, Algo es Mejor y Placer Hollywood, marcaron también la sección, que luego concluyó con un viaje al 2017, al disco con que todo explotó para la cantante, La Trenza, del que interpretó Flaco.

¡Así se vivió Mon Laferte en Chile! (Foto: María Loreto Plaza @estricolor)

Entre el amor y el desamor en que se reparten las canciones de Mon, el mismísimo drama se esparcía en los presentes. En la masa, los fans sufrían a rabiar las letras de lo que vino.

La Mujer, esa furiosa colaboración con Gloria Trevi, y Calaveras se adentraron en la faceta del bolero que Laferte también explotó en Seisy que ahora entregó en directo con traje negro de dos piezas, muy en la estética de las melodías hechas famosas por los músicos cubanos desde mediados del siglo XIX. Ahora, la obra en vivo es completa y la teatralidad de Mon Laferte se expresa con el poderoso vendaval que se apodera de ella en la tarima.

Y ya que estaba en esas, también invocó el espíritu del Bloque Depresivo: El Macha se hizo presente en el escenario para lograr una combinación entre la agonía y las ganas de recuperar el amor para hacer Regresa y Cariño Malo.

Sin olvidarse de sus orígenes humildes y recordando a su abuela junto con la población Gómez Carreño de Viña Del Mar donde creció, se hizo presente una emotiva interpretación a dos guitarras de La Trenza.

“No había pa’ nah poh, en la casa. Entonces, mi abuelita quería que a mí me fuera bien en la vida y ella pensaba que si yo era de esas cantantes de la tele, me iba a ir bien. Ella siempre me decía ‘mijita, a usted le va a ir bien. No importa lo que digan los vecinos'”, contó Laferte, muy en confianza.

Y luego explicó: “es que como yo llegaba tarde, decían ‘nooo, esa niñita quizás en qué anda metida’. Y yo pintada…”.

Se me va a Quemar el Corazón y Funeral encaminaron los lentos hacia el final, mientras que un cambio salsero en Por qué me fui a enamorar de ti proyectó un remate mucho más movido para el show. Porque Mon Laferte puede hacer lo que quiera, incluso pasearse por los géneros musicales que desee, sin fallar en un solo tiro.

Y a propósito de su versatilidad, Mon Laferte también pudo recuperar canciones de sus orígenes independientes. De cuando sacó Desechable (2011) y Tornasol (2013), de cuando era esa figura cultivando una incipiente carrera post aparición televisiva y aún no contaba con la pulida banda que la acompaña ahora, de cuando comenzaba a declarase rebelde. De ahí sonaron Un Solo Hombre no puedo tener y Lo que Pido.

El Diablo desordenó todo y dio pie para un combo con los hits más populares, con mayor rotación radial y de los más coreados por los presentes, al punto que la intérprete se quedaba pasmada en silencio mientras el público le hacía la canción. Ahí estuvieron Tu falta de Querer y Mi Buen Amor, seguidas por la sonoridad andina de Pa Donde se fue, que llegó hasta con chinchinera incluida, intervención a cargo de Ana Carolina de la Bandita Inquieta.

¡Así se vivió Mon Laferte en Chile! (Foto: María Loreto Plaza @estricolor)

Mientras que el remate perfecto vino con la combativa Plata-tá-tá, la coqueta El Beso y la quemante de lo sensual Amárrame, en la que Mon bajó del escenario para sentir el calor de un público que sólo buscaba tocarla fugazmente, pero tampoco quería dejarla ir una vez que estuvo con ellos.

Concluido su show, el remate vino de parte de los fans. Después de todas las emociones a través de casi 2 horas 20 de concierto y prácticamente 30 temas en el repertorio, cuando Mon Leferte volvió al escenario para despedirse, la gente básicamente la obligó a cantar Amor Primaveral que sonaba de fondo en una pista envasada para acompañar los créditos del show que danzaban en la gran pantalla de fondo. Esto mientras tocaban la fibra más sensible, incluso hasta conseguir las lágrimas de la cantante, al decirle adiós con cientos de carteles con mensajes como “Gracias Mon por ser felicidad”, “Gracias Mon por no rendirte”, “Gracias Mon por cantarle al amor”, “Gracias Mon por existir”.