Era la noche del reencuentro, luego de tres años retornó el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Personalmente, me provocó emotivas sensaciones ingresar por ese portón, ya que quienes valoramos este evento, sean cual sean sus invitados, tenemos una conexión potente con este magno certamen.
Desde luego, mucho se ha hablado de esta fiesta, incluso yo, pero si existía alguna noche a la cual le tenía fe, era la inagural y si bien no puedo hablar del resto porque aún restan cinco jornadas, esta cumplió a rabiar.
Pero Viña estaba feliz, desde el punto de vista futbolístico porque sacar un empate en cancha del actual campeón del fútbol chileno no es menor y es por eso que de alguna manera la alegría llegó a la Quinta Vergara. La Ciudad Jardín tenía derecho a celebrar porque no solo por el gol de Alejandro Henríquez, si no porque su lugar más sagrado volvió a rugir.
Desde temprano se sabía que el anfiteatro vibraría y había una responsable, la mejor artista latina del mundo y así lo ratificó. La colombiana, Karol G y que si bien,como con muchos de los artistas de de este año, no tengo mucha mancomunión desde el ángulo del gusto como tampoco están en mi playlist y que vivo desde la lejanía, no puedo estar en el menosprecio absoluto. Desde esa óptica, solo puedo decir que me encantó su show.
La razón es muy simple y va ligado a su música, pero más que aquello rescato la relación que se produjo con el público donde la conexión fue fundamental y se notó desde un comienzo. Su ángel, su carima y su sonrisa permamente, le erigieron como el número indicado para el regreso de este festival tras dos años sin su realización. La Bichota, estuvo a la altura y ratificó su tremendo momento.
Pero esta Quinta Vergara femenina sabía que esto no finalizó ahí y asi es que como siguió imponiendo sus términos para Chile y el Mundo. Tras la música y el baile, era el momento de reir porque así lo dictaba el programa donde tuve ciertos temores que a los diez minutos se disiparon.
El monstruo venía con el fervor de Karol G, pero eso no fue causal para no prestar toda la atención a Pamela Leiva quien poco a poco se ganó al público con una rutina muy cercana para la gente. Experiencias personales que hicieron reir al público de Viña del Mar y que con historias cercanas, la gente la premió con todo. Los sueños se cumplen y la humorista lo hizocon creces llevándose todos los galardones baliando axé, acompañada sobre el final con dos íconos de la especualidad como lo son Fabricio y Thiago.
Pero esto era una trilogía y el broche de oro lo aportó Paloma Mami. Una acutuación que no tuvo las luces de sus antecesoras, pero no por eso no mereciendo los mismos galardones. Además, debe ser súper incómodo sufrir problemas desde la óptica de lo más importante para un artista, que es inconvenientes con el audio.
Duro momento y que siempre deba ocurrir con exponentes chilenos llama poderosamente la atención, pero así fue. De todas maneras, la ex Rojo pese a su notoria molestia, sorteó con prestancia toda esa situación para llevarse los galardones máximos pedidos por un público que ya miraba la hora y solo quería marchar.
En fin, hace mucho tiempo que una nocheinaugural en un Festival de Viña del Mar no mostraba un fervor como este que me sorprendió no solo lo de la Quinta, si no lo que movió en el Hotel Sheraton Miramar, lugar en el cual sus más fieles fans estuvieron todo el fin de semana e inclusoalterando hasta la Avenida La Marina, para que quienes llegaban al lugar esperando ver a la Bichota no corriesen ningún peligro.
La noche inaugural anotó un gol, Viña convirtió un golazo, el Festival dio la vuelta olímpica al son de la música y lasrisas del poder femenino. La vara quedó alta, muy alta para las próximas noches porque en esta, las Bichotas se impusieron y no dejarán tan fácil ese sitial.