El Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos emitió una alerta el pasado viernes por tormenta geomagnética severa categorizada en su escala más potente (G5). Cabe aclarar una alerta de este tipo no era anunciada desde hace aproximadamente 20 años.

Revisa cuáles pueden ser las consecuencias de la tormenta solar para las personas y para todo el planeta Tierra.

Tormenta solar está en el nivel extremo G5 ¿Cuáles pueden ser las consecuencias?

El Centro de Predicción Meteorológica Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) ha señalado que una tormenta solar de esta magnitud podría tener efectos extendidos, incluyendo la posibilidad de que las auroras boreales o australes sean visibles en varias partes del mundo.

También explicaron que durante estas tormentas, se producen corrientes alineadas con el campo magnético en la magnetosfera, las cuales se conectan con corrientes intensas en la ionosfera auroral, conocidas como electrochorros aurorales, generando así perturbaciones magnéticas significativas.

Aurora austral al sur del país

Además de los fenómenos visuales como las auroras, este tipo de tormentas solares también pueden afectar la atmósfera superior al aumentar la densidad y distribución de la densidad, lo que puede causar resistencia adicional a los satélites en órbita terrestre.

Según el SWPC, estas alteraciones atmosféricas también podrían modificar la trayectoria de las señales de radio y causar errores en la información de posicionamiento proporcionada por el GPS.

Señal GPS

Por otro lado, advierten sobre los efectos potenciales adversos de estas tormentas. Además de las perturbaciones en la atmósfera y las comunicaciones, las tormentas solares pueden afectar los sistemas de navegación, como el Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), y generar corrientes inducidas geomagnéticamente (GIC) que pueden ser dañinas para las redes eléctricas y las tuberías.

Así, aunque las tormentas solares pueden ofrecer vistas impresionantes de auroras, también plantean desafíos tecnológicos y de infraestructura que deben ser gestionados con precaución.