El terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010 dejaron un increíble rastro de destrucción a lo largo de las costas chilenas. La tragedia, que cobró la vida de cientos de personas y causó enormes pérdidas materiales, fue un duro recordatorio de la vulnerabilidad del país frente a estos fenómenos naturales, pero también dejó al descubierto errores y negligencias de quienes estaban a cargo.
Han pasado 14 años de aquello y las autoridades aseguran que Chile está mejor preparado que nunca para enfrentar una emergencia similar. Todo esto gracias a las nuevas estrategias y tecnologías implementadas por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
SHOA revela cómo se prepara ante un posible tsunami
Durante una reciente sesión de la Comisión de Emergencia, Desastres y Bomberos de la Cámara de Diputados, el director del SHOA, contraalmirante Arturo Oxley, presentó los avances en la gestión de riesgos y desastres relacionados con tsunamis. Una de las principales herramientas en este esfuerzo son las cartas de inundación, mapas detallados que modelan las zonas de inundación potenciales en caso de un tsunami.
El SHOA cuenta actualmente con 73 cartas de inundación vigentes, basadas en datos históricos y actualizadas regularmente con el apoyo de modelos científicos avanzados. Cada año, se generan o actualizan entre cuatro y cinco de estos mapas, lo que permite una planificación más precisa y efectiva en caso de desastres.
Oxley explicó que el 80% de los tsunamis se predicen a partir de eventos sísmicos, mientras que otras posibles causas, como erupciones volcánicas o la caída de meteoritos, aún no están completamente modeladas por la ciencia. Esto subraya la importancia de una respuesta rápida y efectiva ante la ocurrencia de un sismo significativo.
Medidas de alerta y evacuación
El SHOA estableció un protocolo claro y efectivo para la emisión de alertas y la ejecución de evacuaciones según la magnitud de las olas esperadas:
- Olas menores a 30 centímetros: Se envía un boletín informativo sin necesidad de evacuación.
- Olas entre 30 centímetros y 1 metro: Se ordena la evacuación de la zona costera.
- Olas entre 1 y 3 metros: Se declara una alerta de tsunami.
- Olas superiores a 3 metros: Se emite una alarma de tsunami, indicando una amenaza grave e inminente.
Para garantizar la seguridad de las personas, se recomienda que la evacuación se realice a una altura de 30 metros sobre el nivel del mar. Además, Oxley destacó que las olas que superen los cuatro metros son altamente destructivas y pueden persistir por hasta 90 minutos. Es crucial recordar que no es posible determinar de antemano cuál será la ola más peligrosa, por lo que se deben seguir todas las indicaciones de evacuación con seriedad.
Colaboración interagencial y tecnologías de punta
Desde el terremoto y tsunami de 2010, el SHOA ha fortalecido su colaboración con Senapred (que llegó a reemplazar a la Onemi) y el Centro Sismológico Nacional. Este trabajo conjunto ha resultado en un protocolo interagencial que mejora la coordinación y eficiencia en la respuesta a emergencias.
El SHOA también implmentó el Sistema de Inteligencia de Predicción y Alarma de Tsunami (SIPAT), desarrollado en colaboración con universidades de la región de Valparaíso. Este sistema permite una reacción en apenas 30 segundos después de un sismo, lo que es crucial para activar las alertas tempranas y coordinar las evacuaciones.
Para garantizar la comunicación continua y efectiva, el SHOA cuenta con dos sistemas satelitales independientes y conexión celular en todas sus estaciones a nivel del mar. Además, está entrenado para responder las 24 horas del día, los siete días de la semana, con un grupo de 14 personas dedicadas exclusivamente a esta tarea.