Durante el último tiempo cada vez se han hecho más conocidos los trastornos del espectro autista, llamados también como TEA. Una condición que tienen muchas personas en el mundo y también en Chile, de hecho, la actriz Sigrid Alegría contó esta semana que fue diagnosticada.

¿Qué es el TEA y qué significa?

Los trastornos del espectro autista son en definición simple “discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro“, según explican desde Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Esta condición influye en la configuración del sistema nervioso y el funcionamiento cerebral y afecta principalmente la comunicación e interacción social, y la flexibilidad del comportamiento y del pensamiento, según comentan desde la Confederación de Autismo España.

El autismo no es denominado como una enfermedad como tal, sino que más bien es una condición neurológica que es de carácter crónica, por lo que no se puede terminar con ella y acompaña a quienes la padecen durante toda su vida.

¿Cómo saber que alguien es TEA?

Existen muchas características para poder identificar a alguien con trastornos del espectro autista, pero no siempre son las mismas y en general varían de persona en persona. Además, no hay ningún rasgo físico diferente. A continuación revisa las comunes según la CDC:

Personas con TEA en la comunicación e interacciones sociales:

  • Evitar mirar a los ojos a otra persona o no mantener el contacto visual.
  • No hacer caso a otros niños ni jugar con ellos, hacia los 36 meses de edad.
  • No mostrar expresiones faciales como de felicidad, pena o enojo, hacia los 9 meses de edad.
  • Usar pocos o ningún gesto, hacia los 12 meses de edad (por ejemplo, no decir adiós con la mano).
  • No notar cuando otras personas están lastimadas o molestas, hacia los 24 meses de edad.
  • Evitar cantar, bailar y actuar, hacia los 60 meses de edad
  • No responder cuando lo llaman por su nombre, hacia los 9 meses de edad
  • Evitar jugar a ser otra cosa o un personaje, hacia los 48 meses de edad.
  • No participar en juegos interactivos, hacia los 12 meses de edad.
  • Evitar compartir intereses con otras personas, hacia los 15 meses de edad.
  • No apuntar a algo interesante para mostrarlo, hacia los 18 meses de edad.

Conductas o intereses restrictivos o repetitivos en personas TEA

  • Repetir palabras o frases una y otra vez (esto se llama ecolalia).
  • Poner juguetes u otros objetos en fila y molestarse cuando se cambia el orden.
  • Tener intereses obsesivos.
  • Aletear las manos, mecer el cuerpo o girar en círculos.
  • Reaccionar de manera inusual a la forma en que las cosas suenan, huelen, saben, se ven o se sienten.
  • Tener que seguir ciertas rutinas.
  • Jugar con juguetes de la misma manera todo el tiempo
  • Enfocarse en partes de los objetos (por ejemplo, en las ruedas)
  • Irritarse con cambios mínimos.

También pueden tener un aprendizaje más lento en el lenguaje, el movimiento u otras actividades cognitivas. Asimismo, pueden ser impulsivos, hiperactivos o distraídos con cambios de ánimo inusuales, ansiedad y estrés excesivo. Los casos más graves pueden sufrir de trastornos convulsivos o epilepsia.

Al ser tantas características diferentes lo más recomendable es que vayas donde un profesional para que confirme si tienes autismo, ya que no hay que autodiagnosticarse. Además, cada persona manifiesta esta condición de manera única.

¿Por qué se produce el TEA?

El TEA es una condición genética, aunque de momento no se ha descubierto un único gen que se relacione de forma directa con el autismo, sino que es producto de múltiples mutaciones, incluso podrían ser más de 100 genes distintos que pueden estar implicados.

Por ello, es una condición muy común, según la Confederación de Autismo España, 1 de 100 personas son autistas. No obstante, desde la institución destacan que las personas con TEA tienen estas otras características:

  • Meticulosidad
  • Curiosidad por temas muy específicos
  • Conocimiento especializado sobre temas de su interés
  • Sinceridad
  • Honestidad
  • Respeto y cumplimiento de las reglas establecidas
  • Atención por los detalles
  • Buena adaptación y seguimiento de las rutinas
  • Buenas competencias en tareas mecánicas y repetitivas
  • Tendencia a ser muy lógicos
  • Capacidad para escuchar sin prejuicios

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