¿Estamos listos para conversar con otras formas de vida? Es una interrogante que varios se han hecho a lo largo de años. Quizá películas de ciencia ficción nos han demostrado que esto sería una mala idea, sin embargo, dos científicos no se lo creen así.
El astrónomo del Instituto SETI (ONG sin fines de lucro que buscan comprender el origen de la vida en el universo) Franch Marchis y el investigador de la NASA Ignacio Lopez-Francois han propuesto algo revolucionario: enviar modelos de lenguaje de inteligencia artificial al espacio para representarnos ante posibles civilizaciones extraterrestres.
Bueno, la idea de estos dos científicos no es tan loca, ya que desde que se ha comenzado a explorar el cosmos, investigadores han enviado todo tipo de señales al espacio, esperando captar la atención de alguna vida extraterrestre.
Se ha transmitido música, mapas, e incluso fórmulas científicas, pero hasta ahora, nada ha funcionado. Y es aquí donde los expertos creen que enviar un modelo de lenguaje de gran tamaño (LLM) podría funcionar.
Mensaje espacial
Primero que todo si te estás preguntando que es un LLM, bueno te explico que se trata de un sistema de IA capaz de comprender y generar lenguaje de una manera sorprendente.
Esto pueden ser compactados mediante una técnica llamada “cuantización” y ser enviados a través de radio, láser o incluso discos de cobre. Investigadores ya han desarrollado modelos de lenguaje más pequeños de código abierto, como Meta Llama-3-70B y Mistral AI’s Mixtral 8x22B, los que han presentado capacidades cercanas a las que apuntan los científicos.
Los científicos detallan en su artículo publicado Scientific American que si logran desarrollar esto, se trataría de una IA capaz de aprender nuestros idiomas, responder preguntas sobre nuestra cultura y comprarte como un “embajador humano”.
Sin embargo, enviar un sistema de IA al espacio no es tan sencillo, ya que existen muchos retos tecnológicos que superar, los autores detallan que entre ellos se encuentran desde la transmisión hasta la compresión de datos.
“Esta es una idea radical y potencialmente arriesgada porque los extranjeros hostiles podrían hacer mal uso de esta información. Sin embargo, es una discusión que vale la pena comenzar, dados los descubrimientos recientes”, explican los autores.