El pasado martes la ministra en visita de la Corte Marcial, Romy Rutherford procesó al Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, por su participación en fraude en la institución; de esta manera, todos los ex mandamases castrenses vivos quedaron con causas abiertas en la justicia.
Ante el escenario, la directora ejecutiva de Chile Transparente, María Jaraquemada, visualiza que los procesamientos a todos los excomandantes en jefe responden a una “normalización de la corrupción”, lo cual, para la directora del organismo, “es preocupante”.
Junto a Chyere, también tienen procesos judiciales abiertos los generales (R) Óscar Izurieta, Juan Miguel Fuente–Alba, Óscar Izurieta, Humberto Oviedo y Ricardo Martínez, todos ellos por malversación de caudales públicos. De acuerdo a Jaraquemada, el que todos “sean procesados por el mal uso de recursos es lamentable”, sin embargo y pese a lo dramática que es la situación, es “una buena noticia que la justicia cumpla con su rol”.
Junto a ello, aseguró que el procesamiento, investigación y detención de los generales en retiro “es una señal potente de que esto es incorrecto y se debe dejar de normalizar”.
“Las posibles sanciones marcarán un antes y después. Desde que se destapó el ‘Milico Gate’, el Ejército ha trabajado, pero es una labor continua. El poder civil tiene gran responsabilidad en el futuro, porque vimos en el pasado que no se hizo fiscalización pese a tener los medios. Desde el Ministerio de Defensa, Interior y el Congreso debe haber un control de los actos”, agregó.
Según Chile Transparente, lo más importante ante la situación es que la justicia actúe en caso de declarar culpables. “Si se comprueba algún hecho, se espera que haya sanciones adecuadas. Es importante avanzar en reformas para que este tipo de situaciones no se puedan cometer con tanta facilidad”.
“Hemos visto en los distintos casos y aristas una normalización de la corrupción. Eso es muy preocupante, porque implica no solo que se deben fortalecer las reglas, sino también generar esos cambios culturales”, añadió Jaraquemada.
De acuerdo a la experta, “uno de los principales problemas en países altamente corruptos es que esto se normaliza, que es parte de la vida diaria, y eso es lo más difícil de combatir. Parte de dejar de normalizar estos actos es que se investiguen”.