En Chile se utilizan cerca de 12 mil dispositivos médicos de la marca Philips, que contienen diversos elementos que podrían ocasionar cáncer en usuarios de estos aparatos.
Del grupo de unidades que esconden componentes tóxicos se encuentran más de mil ventiladores mecánicos que se utilizan en la lucha en contra del coronaviurs a lo largo de todo Chile.
Mientras que otros 9 mil aparatos restantes se utilizan como tratamiento domiciliarios en contra de la apnea, para mejorar la calidad del sueño.
Según señalaron desde el Instituto de Salud Pública (ISP), hasta el momento Philips está tratando de ubicar al total de pacientes afectados.
Y si bien la empresa comenzó un proceso de retirar los dispositivos que podrían producir cáncer en Estados Unidos, la respuesta en Chile es una propuesta para cambiar las piezas que podrían riesgo cancerígeno.
Lo peor del caso es que, de acuerdo a la regulación sanitaria vigente en el país, el equipamiento médico (incluidos los posiblemente tóxicos de Philips) no están sujetos a control sanitario y por tanto, no necesitan de autorización o registro en el ISP.
“Actualmente, la calidad, seguridad y desempeño de estos productos es de responsabilidad de las empresas que los fabrican, importan, distribuyen y comercializan en Chile”, indican desde el ISP.