Cerca de 15 millones de personas fallecieron por causas asociadas, directa o indirectamente, al COVID-19 entre el 1 de enero del 2020 y el 31 de diciembre del 2021 en todo el mundo. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el rango es entre 13,3 millones a 16,6 millones de fallecimientos asociados al virus.
Según los datos del organismo mundial, 10 países concentran el 68% del exceso de muertes y la mayor parte de este exceso de muertes se concentra en las regiones del Sudeste asiático, Europa y América, abarcando el 84% de la mortandad. “Los países de renta media representan el 81% de los 14,9 millones de muertes en exceso durante el periodo de 24 meses, mientras que los países de renta alta y baja representan cada uno el 15% y el 4%, respectivamente”, comunicó la OMS.
El exceso de mortalidad es un índice que se calcula como la diferencia entre el número de muertes que se han producido y la cantidad que se esperaría en ausencia de la pandemia -basándose en las muestra de datos de años anteriores- al 2020. El indicador toma en cuenta las muertes asociadas a COVID-19 directamente (debido a la enfermedad) o indirectamente (debido al impacto de la pandemia en los sistemas de salud y la sociedad).
Para el organismo internacional, “estos datos aleccionadores no solo señalan el impacto de la pandemia, sino también la necesidad de que todos los países inviertan en sistemas de salud más resilientes que puedan mantener los servicios de salud esenciales durante las crisis, incluidos sistemas de información más fuertes”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
“La OMS se ha comprometido a trabajar con todos los países para fortalecer sus sistemas de información sanitaria a fin de generar mejores datos para tomar mejores decisiones y obtener mejores resultados”, añadió Adhanom.