Esteban Paredes pudo haber materializado un fichaje en Europa gracias a un futbolista con quien coincidió en Santiago Morning. Un atacante que luego devino en comunicador e incluso fue gerente deportivo de Azul Azul, la concesionaria que controla la rama de fútbol masculino y femenino de Universidad de Chile.

Sí, Rodrigo Goldberg, quien jugó en el Chago Morning durante la campaña 2006. Dos años más tarde, fue él quien recomendó a Paredes emigrar al balompié del Viejo Continente. “Me voy a Chipre en 2008. Me llevó el Polaco Goldberg. El amigo de él había sido técnico y compañero”, contó el icónico goleador en el programa El Reinado.

En esa entrevista con Arturo Vidal y el preparador físico Juan Ramírez, Paredes desclasificó todas las experiencias vividas en ese corto viaje. “El Chago no me mandaba el pase. Otra vez. Primer día que llegué, viernes. Vamos a una comida con el Polaco. A una casa de un judío con así una barba”, relató Visogol, quien hoy es gerente deportivo del cuadro Microbusero.

Esteban Paredes y Rodrigo Goldberg juntos en Santiago Morning. Son los primeros dos de derecha a izquierda. (OSCAR TORRES/PHOTOSPORT).

“Tenía una mezquita (N de la R: sinagoga). Habían brasileños, españoles, todos judíos. El Polaco es judío po. Y empiezan a cantar así. Se me paran los pelitos así, la canción era bonita. Y me hice amigo de un israelí que trabajaba ahí para el rabino. Puras señas”, narró Paredes.

Una de las señales que hizo Paredes en aquella noche. (Captura El Reinado | YouTube).

“Le digo que vayamos a un bar. Me lleva a uno. Había botellas de Heineken de 750 cc. Y este hueón se me cura. Se me emborracha. Yo que soy durazno, me pasa las llaves pa’ manejar. Al lado derecho se manejaba”, contó Paredes. Una dificultad compleja en cualquier momento por la falta de costumbre. Sobre todo después de una noche de fiesta.

Esteban Paredes cuenta detalles de su frustrado fichaje en Europa: ¡pensó que se iba preso en el avión!

Esteban Paredes alcanzó a estar unos días en Europa, pero su fichaje nunca se concretó. Aunque la historia que le quedó después de esa experiencia es imperdible. “Me fui manejando a 20 por hora. Subí 10 veces a la berma”, recordó de aquella vuelta a casa.

Logramos llegar, nunca había manejado al revés. Una locura. Menos mal no choqué. No había Waze, nada. Soy zurdo de mano e iba incómodo. De verdad me subí como 10 veces a la berma. Menos mal no pasó a mayores. Dejé al hueón en la casa. El rabino tenía todos los días la puerta abierta para la gente que tenía hambre, no sé. Era una hueá increíble”, recapituló el icónico “7” de los albos.

Y prosiguió. “Aunque allá no pasaba nada. No robaban, se te quedaba una cartera en la mesa, volvías a las dos horas y estaba. Ya, bueno. No me mandan el pase. Salía a correr en la playa. Cinco de la tarde estaba oscuro ya. Veía las bombas volar en Israel. Decía qué hueá, dónde estoy”, revivió Esteban Paredes.

“Me decían que era normal, yo decía qué onda. Cuento corto, no me mandaban el pase y de allá tampoco me dejaban venirme. ¿Sabes cómo me vine? Mandan el pasaje, todo griego, letras culiás… el del hotel estaba avisado. Tenía las maletas listas, llovía torrencialmente, veo al hueón de recepción que se va como al baño”, desclasificó.

El desenlace es increíble. “Salgo corriendo con una maleta. Paro un taxi, aeropuerto. Llego, me subo al avión y dije ‘ya, estoy’. Pero venía la policía. Yo ‘conche mi madre‘. Pongo la cabeza en el respaldo del asiento. Vienen los hueones y se paran al lado mío. Transpiraba. Me quería morir. Pedía por favor al señor”, dijo Esteban Efraín.

Esteban Paredes celebra en Santiago Morning. (ANDRES PINA/PHOTOSPORT).

“Y detrás mío, hueón, de verdad. Hablan no sé qué hueá y se lo llevan. Cuando se lo llevan, ufffff. Fueron los peores 30 segundos de mi vida. Ahí volví, jugué en el Chago en 2008. Pero salí goleador sí”, culminó Paredes. En rigor, hizo 15 goles en el Torneo Apertura y quedó por detrás de Lucas Barrios. Y anotó seis en el Clausura.

Esteban Paredes fue figura en Santiago Morning. (ANDRES PINA/PHOTOSPORT).