Pese a que varias veces declaró que su sueño era jugar en Colón de Santa Fe, equipo del que se confiesa hincha, su paso por el Sabalero está lleno de problemas y situacones anexas al campo de juego.

Resulta que el volante se ausentó de las prácticas aduciendo que había sido víctima de un asalto, y que incluso lo habían apuntado con un arma de fuego.

Esto se suma a lo ocurrido en enero, donde el jugador no entrenó una semana y tampoco contestaba el teléfono cuando gente de su equipo lo intentaba ocupar.

Todos estos problemas cansaron a la Comisión Directiva de Colón y decidieron este miércoles separar al mediocampista que jugó en Unión La Calera para que se trate con dos médicos de dicha institución a objeto de recuperarlo de una buena vez.

En todo caso, algunos medios argentinos informan que el futuro del jugador no está claro, y que incluso podrían rescindirlo.