Colo Colo tiene “congelada” la búsqueda de su nuevo entrenador, pero en algún momento tendrá que salir al mercado. Seguramente, ya con miras a 2021 y con un abanico algo más amplio al que tenía al momento del despido de Mario Salas.

Entremedio, Pablo Guede no renovó su contrato con Monarcas Morelia y quedó disponible. Sabida es su gran relación con Aníbal Mosa y que su salida, además del “episodio Delfín”, fue empujada también por el cambio de administración que tuvo por un año a Gabriel Ruiz-Tagle a la cabeza de Blanco y Negro.

Ante esto muchos se preguntan si el argentino podrá pegar la vuelta a Pedrero, pero mucho ha cambiado desde su salida. Una de ellas es la estructura de aquel “plantel guedista” con el que consiguió dos Supercopa, una Copa Chile y un Campeonato Nacional en el Transición 2017.

Del núcleo más duro del entrenador del equipo que fue campeón sólo quedan dos elementos: Esteban Paredes y Matías Zaldivia entre los más “pesos pesados”. Juan Manuel Insaurralde también es de ese “lote”, pero llegó a principios de 2018.

Esteban Paredes comandó un grupo absolutamente cuadrado con Pablo Guede en su momento. Hoy, los “sobrevivientes” están enemistados sin retorno con Blanco y Negro y, salvo Matías Zaldivia, todos terminan contrato a fin de año.

El resto, todos se fueron: Agustín Orión, Jaime Valdés, Jorge Valdivia, Claudio Baeza, Esteban Pavez (quien también volvió en 2018), Jorge Valdivia, Fernando Meza, Octavio Rivero, Luis Pedro Figuera y Michael Ríos completaban ese grupo de mejor relación con el entrenador. Gonzalo Fierro estaba, pero sabidas son sus diferencias con Guede que terminaron con su salida y Julio Barroso también estuvo distanciado del entrenador, pese a terminar jugando.

“El primer equipo es del entrenador del primer equipo. Las divisiones inferiores son de Colo Colo. Esa diferencia tiene que estar clara” – Marcelo Espina en 2018 marcando clara diferencia con el método de Pablo Guede.

Otro punto a considerar es que todos los “guedistas” están en la comisión negociadora que fracasó en llegar a un acuerdo con Blanco y Negro. Y, contando a Barroso que no tenía relación muy fluida con él, todos terminan contrato a fin de año salvo Matías Zaldivia. Dados los acontecimientos, es viable pensar que no renovarán.

EL RENOVADO ESTILO DE ANÍBAL MOSA EN LA CONDUCCIÓN

También está el factor del director deportivo y el vicepresidente, Marcelo Espina y Harold Mayne-Nicholls, respectivamente. Guede siempre se relacionó directamente con Aníbal Mosa y tenía poder para hacer y deshacer en muchos aspectos del club, incluidas las divisiones inferiores donde estimó que el español Manuel Crespo era el idóneo para esa jefatura. Finalmente, terminaron distanciados y el ibérico se regresó a Europa, existiendo una reestructuración total con Ariel Paolorossi y Ariel Palena a cargo del proyecto 60/40 del Calamar.

Las declaraciones del propio Espina en su momento no parecen favorecer mucho a Guede. Por ejemplo, al confirmar a Mario Salas como DT en diciembre de 2018, el Cabezón rayó la cancha de inmediato al decir que “él no tendrá injerencia en el área formativa y eso lo tiene claro. El primer equipo es del cuerpo técnico y las divisiones menores son del club. Vamos a trabajar juntos, pero separados”.

Expuestos los antecedentes, un retorno de Pablo Guede a Colo Colo puede ser probable en el papel, pero tendría que haber cambiado mucho en el proceso tanto él como el rumbo que quiere dar Aníbal Mosa a su segunda administración con un Harold Mayne-Nicholls empoderado y con la presencia de Marcelo Espina.