Hernán Clavito Godoy cumplirá dos años sin entrenar profesionalmente. Pero asegura que su carrera no está terminada y espera una oportunidad para volver a las canchas: “Demostrar que no estoy cesante y que a los 79 años todavía puedo dirigir. Lo que interesa es el cerebro”.

En conversación con Después Te Explico de RedGol, el popular ex técnico de Wanderers, Audax Italiano y Santiago Morning en una extensa trayectoria, asume que los nuevos dirigentes del fútbol son quienes han generado su alejamiento.

Hernán Clavito Godoy ha dirigido más de veinte equipos en el profesionalismo (Agencia Uno)

“El camarín lo manda el entrenador. Yo mando mi camarín. El que me quiera contratar,me tiene que dejar esa autoridad. De lo contrario no voy a ningún club“, avisa antes de criticar la alta cantidad de extranjeros habilitados en los torneos chilenos.

“No pueden existir cinco extranjeros por institución. Los chicos están tapados y mandan los representantes de jugadores. Colocan al entrenador que les conviene comercialmente y luego traen uno o dos buenos extranjeros, y el resto son mediocres”, sentencia Clavito.

El octogenario entrenador compara el momento actual con el que vivió Italia en los años sesenta, cuando necesitaban nacionalizar jugadores para integrar la selección, los llamados oriundos.

“Llegará un momento en que el fútbol chileno no va a tener recambio y no vamos a clasificar para el Mundial.Nadie se atreve a decirlo. Lo digo yo porque nunca he cambiado y no tengo dobles estándares. Por eso la gente me quiere y me busca”, reflexiona Godoy.

El uruguayo jilguerito

Clavito Godoy reconoce que los extranjeros de origen turbio también han tocado su puerta. Es lo que le sucedió mientras estuvo al mando de Santiago Morning con un refuerzo que no estaba a la altura del desafío:

“Muchas veces me peleé por un uruguayo que era más malo y siempre me he peleado. Me dijeron ‘cómprate un club y tú haces lo que quieres’. Dije que no y que por lo tanto me iba. El uruguayo era un puntero que venía de Miami y parecía jilguerito, no tenía nada de sangre”.

“Hay una falta de respeto terrible con los técnicos chilenos. No hay respeto, uno es un máster. Tantos años que estudié, que me sacrifiqué por ir a Francia, a Alemania. Acá no hay respeto, trapean y hacen lo que quieren con el entrenador chileno”, completa.