La conferencia de presentación de Luis Roggiero como nuevo gerente técnico de Universidad de Chile no dejó mucho que revisar. El ecuatoriano optó por las evasivas frente al delicado momento que vive el cuadro azul y envió la pelota al córner antes de meterse en hondonadas.

Un buen ejemplo fue el análisis que ofreció cuando le preguntaron expresamente "por las renovaciones de Joaquín Larrivey, Ramón Arias y Fernando de Paul, que son los casos de los que más se habla", según inquirió el periodista Maximiliano Videla, de radio Cooperativa.

Roggiero asintió repetidamente y luego contestó sin detenerse. "Ahora estamos trabajando en ese diseño y conformación del plantel de cara a la próxima temporada, con algunos procesos ya encaminados, pero queriendo de mi parte tener un diagnóstico y conocimiento claro y profundo de los jugadores que componen el plantel actual, para poder maximizar el grado de acierto en las decisiones que se tomen de cara a 2022".

Una exploración que puede desilusionar si el hincha pretendía saber qué pasará con el goleador, el mariscal y el portero y capitán del equipo laico en la próxima temporada, pero que también deja una leve esperanza para quienes quieran leer entre líneas.

Y es que Roggiero anuncia que maximizará "el grado de acierto en las decisiones", lo que entrega un piso para la confección del equipo que jugará con la U en el pecho el próximo año. O siguen Larrivey, Arias o De Paul; o llegarán nombres de igual o mejor rendimiento.

Universidad de Chile volvió a entrenar esta mañana al mando del ratificado entrenado Esteban Valencia, y prepara armas para el trascendental duelo del próximo sábado ante Curicó Unido, con la necesidad imperiosa de una victoria para huir de la zona de descenso.