El ex DT de Universidad de Chile, Gerardo Pelusso, recordó su campaña con los azules en la Copa Libertadores 2010, en la que el Chuncho iba viento en popa hasta la pausa de la competencia por el Mundial de Sudáfrica.

 

La U clasificó primera en el Grupo 8, invicta gracias tres triunfos y tres empates en una zona que compartía con la UC, Flamengo y Caracas.

Los azules derrotaron a Flamengo como local y a Caracas en Santiago y Venezuela. En octavos de final pasó Alianza Lima y nuevamente Flamengo en cuartos. Parón en mayo y la Libertadores se reanudó a fines de julio Chivas de Guadalajara era el rival en semifinales y pasaron los mexicanos.

“Una cosa era nuestro equipo hasta que paramos y otra después del Mundial. Se interrumpió la Libertadores y quedamos cuatro equipos para jugar las semifinales. Nosotros en toda Sudamericana éramos el equipo que teníamos más jugadores en el Mundial. Boca tenía tres y era equipo que nos seguía”, dijo Pelusso en la conversación con La Magia Azul en RedGol.

Agregó que “teníamos dos jugadores en la selección de Chile y dos en Uruguay. Hubo que parar, dimos unos días libres, retomamos y perdimos el ritmo. Le habíamos ganado a Flamengo, o sea, ningún equipo nos podía ganar en condiciones nórmales. Cuando terminó el Mundial dos no volvieron: Marco Estrada y Álvaro Fernández. Volvieron sólo Miguel Pinto y Mauricio Victorino”.

 

Siguió complementando: “un jugador que viene del Mundial e inmediatamente tiene que volver a entrenar… incluso si no jugó, como Miguel, es un desgaste emocional, una tensión nerviosa, una cosa única. Tiene un desgaste importante. De hecho Victorino, no me olvido, estaba mirando en TV el homenaje acá Uruguay, como héroes por el cuarto lugar, y yo estaba esperando que terminara el festejo en el palacio legislativo. Como a la 1 de la mañana hable con él por teléfono. Le digo Mauri, te tienes que venir, y me responde ‘no seas así. Quiero dormir cuatro días seguidos, estoy muerto’. Y así volvió Mauricio. Y una cosa que no se sabe, que tuvo que ver, el día antes del partido con Chivas de local, Victorino se esguinzó el tobillo”.

Sentencia que “el equipo arrancó de nuevo, no era el mismo ritmo de juego. Si no se paraba y seguía de largo, yo creo que en esa Libertadores no nos ganaba nadie. Pero con lo que paso fue otra historia”.