Si pedimos una base de la selección chilena en la próxima Copa América no podemos dejar de hablar de los cuatro baluartes que sobreviven en la Generación Dorada: Mauricio Isla, Gary Medel, Arturo Vidal y Alexis Sánchez.

El cuarteto comparte la camiseta roja desde el proceso que dirigió José Sulantay en la selección Sub 20 que terminó tercera en el Mundial Juvenil de Canadá en 2007.

Doce años después, los mismos cuatro participaron de tres eliminatorias, dos Mundiales -ambos hasta octavos de final- una Copa de las Confederaciones (finalistas)y tres Copas América, con dos títulos bajo el brazo.

Mauricio Isla jugó 14 partidos de Copa América y 56 en torneos FIFA (Mundial Sub 20, Eliminatorias, Mundial Adulto y Copa Confederaciones). Es decir, sumó 70 partidos por los puntos en instancias definitivas.

Gary Medel tiene 16 presentaciones en Copa América y 55 en torneos de la FIFA. Las mismas 55 suma Arturo Vidal, con 15 goles, más 14 en Copa América con seis anotaciones.

Y Alexis Sánchez rompe todos los registros, con 16 encuentros de Copa América (5 goles) y 58 partidos por torneos FIFA con 18 tantos. El tocopillano ganó 30 partidos de este tipo.

En qué influye esto. Que los Cuatro Fantásticos superan a prácticamente todos los jugadores que estarán en Copa América. El supercrack Lionel Messi es de los pocos que los superan, con 15 duelos de Copa América y 69 encuentrosFIFA, sumado el torneo olímpico en Beijing 2008.

Este ingrediente hace, a pesar del pesimismo, que Chile sea un equipo copero. Copero como ninguno de sus rivales en la próxima lucha continental. Y la experiencia pesa en instancias definitivas. Aunque ya no es el factor de antes, el fútbol contemporáneo está marcado por dinastías, como la de Barcelona y Real Madrid en el presente siglo a nivel de clubes.

Son 284 partidos que pesan en la mochila de lo físico, como se ha visto en la última temporada del fútbol europeo, pero cuentan a la hora de las decisiones. Y el grupete superará la barrera de los 300 si tiene una buena actuación en la Copa América. Un ingrediente especial para una de las últimas batallas de los Cuatro Fantásticos.