Santiago Ford para muchos era un desconocido, pero este martes se encargó de decirle al país quién es. El chileno-cubano ganó la medalla de oro en el Decatlón e inscribió su nombre en la historia del deporte nacional, con una historia casi tan increíble como lo hecho en los Juegos Panamericanos.
Hace ya cinco años que el atleta tomó la decisión de venir hasta nuestro país para buscar lo que no recibió en su tierra. Detrás no sólo hay entrenamientos y perseverancia, sino que también una travesía digna de admirar para llegar al momento en que se colgó la presea dorada.
Después de cinco años en el equipo de atletismo de Cuba, comenzó a sentir deseos mayores a los que tenía ahí. En el Mundial Sub 18 obtuvo el cuarto lugar en el Decatlón y desde entonces entendió que debía ir por más, pero no tenía la forma de conseguir el apoyo.
Fue en medio de ello que apareció un chileno en su vida. Un grupo de entrenadores viajó en 2018 y ahí conoció a Alfredo Pavez, con quien comenzó a entrenar y a conocer un poco más de nuestro país, lo que le llamó la atención. Más aún luego que su compañero le comentara que acá tendría el respaldo que no recibió en su tierra.
El 8 de septiembre armó las maletas y tomó rumbo a Chile, pero con varios problemas entre medio. Un viaje a Guyana donde estuvo 10 días antes de llegar a Brasil, para luego cruzar por la selva rumbo al aeropuerto y así instalarse en Perú. Eso era solo el comienzo.
La larga y dura ruta de Santiago Ford para llegar a Chile
Si bien pareciera que lo anterior era lo más complicado, eso no fue así. Santiago Ford tuvo que vivir la parte más cruda de su viaje desde Perú, donde pasó de todo, incluso discriminación.
“Estuve un día y medio atravesando Perú entero hasta llegar a Tacna. Estaba deshidratado, tenía hambre y el frío me tenía mal”, le dijo a El Mercurio tiempo atrás. En medio de ese trayecto fue bajado de un bus por la policía, para su sorpresa siendo el único de lo que iba a bordo.
“Me meten a un cuarto de control y me empiezan a preguntar el motivo por que el viajaba. Me decían que yo estaba ilegal, que me iban a deportar. Les dije que era deportista. Me abrieron la maleta completa, vieron que tenía pura ropa de deporte, el celular con fotos de deporte. Me creyeron y aún así no me dejaban pasar”, dijo. En ese momento, además del trato, le quitaron los 30 dólares que le quedaban para viajar.
Tras toda la tortura vivida, Santiago Ford tenía más por delante. Para llegar a Chile decidió cruzar el desierto siguiendo la línea del tren, con temor a ser detenido nuevamente. Los nervios fueron tales que nunca se dio cuenta que atravesó un campo minado, al que sobrevivió de suerte. O quizás fue el destino.
Una vez pudo llegar a Chile se instaló, pero sin poder dedicarse al deporte como era el objetivo. De hecho, debió trabajar como guarda en una discoteque, lo que lo dejaba con apenas tres o cuatro horas de descanso.
¿Debe Chile repetir el modelo de Santiago Ford en el deporte?
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El renacer de Santiago Ford en el deporte
Cuando todo apuntaba a su retiro, Santiago Ford encontró una mano que fue clave. Matías Barrera, entrenador, lo conoció y no dudó en abrir las puertas de su casa para que volviera al deporte, pero no fue fácil. Si bien se dedicó por completo, entre estallido social y pandemia las cosas se pusieron complicadas.
Intentando sobrevivir con competencias y trabajos de medio tiempo, consiguió hospedarse en el Centro de Alto Rendimiento. Desde ahí inició su renacer, donde luchó con todo para poder nacionalizarse y así representar a nuestro país, lo que terminó ocurriendo como nunca lo imaginó.
El 9 de enero del 2023 el presidente Gabriel Boric le entregó una carta firmada en la que se autorizaba su nacionalidad por gracia. Así le quedó todo servido para competir en los Juegos Panamericanos Santiago 2023 en 10 meses más, para conseguir un hito inesperado.
Tras superar nueve pruebas y tomar una ventaja de 20 segundos con sus competidores, cruzó la meta de los 1.500 metros caminando. Así como entró al país, ahora sin minas en la tierra ni trabajos de medio tiempo, sino que con un Estadio Nacional eufórico por su triunfo.
“Si nos vamos a tiempo atrás, cuando estába trabajando como guardia de seguridad yo me veía acá, pero no sabía cómo. Nunca perdí la fe, nunca perdí la esperanza. Yo sabía lo que quería y hasta dónde podía llegar y ahora estoy acá viviendo mi sueño”, señaló tras conseguir la medalla de oro.
Lejos de su tierra y de su familia, Santiago Ford se transformó en un nuevo ídolo para del deporte chileno. Con una vida similar al Decatlón, lleno de pruebas distintas pero a las que supo responder, hoy disfruta de una presea dorada más que merecida. Una que lo transforma en leyenda y que lo tendrá como una de las cartas fuertes para los Juegos Olímpicos de París 2024.