La felicidad se le salía por los poros a Joaquín Niemann. Y no es para menos, si el golfista chileno ganó el Genesis Invitational, se quedó con el premio mayor de 2,16 millones de dólares y vivió una semana de estrellato ante los mejores jugadores del PGA.

"Me siento otro jugador en este momento. Es un plus grande ganar este torneo, porque se hace en Riviera y porque era el mejor campo de la historia. Todo eso suma para acumular confianza y decirme a mí mismo que estar entre los mejores del mundo", valoró el talagantino.

Niemann cree que el triunfo en California es una señal de que va por la ruta correcta, "que puedo estar peleando y estar en lo más alto del ránking mundial. Esto sirve para seguir el camino que es llegar a ser número uno del mundo", aseguró el crédito nacional.

“Fue una semana súper larga obviamente. Los dos primeros días pasaron rápido y fueron fáciles, por así decirlo, pero sabía que lo importante era el fin de semana, donde tenía que entrar con una mentalidad muy fuerte", reflexionó el golfista nacional.

En ese sentido, Joaco se mostró gratificado por su buen juego en Los Angeles. "Me sorprendí hasta a mí mismo con lo bien que estuve y lo bien que reaccioné a los tiros. Ha sido un año em que me faltaba la victoria, tenía que ganar y sabía lo que tenía que hacer", sentenció.

Hoyo a hoyo, así vivió su triunfo Niemann
 

En el balance final, Joaquín Niemann reconoció que nunca se sintió ganador del Genesis Invitational, si no hasta el último hoyo de la cuarta ronda. "Cuando dije que tenía el torneo listo fue cuando metí el último putter", aseguró.

"Aquí uno nunca sabe lo que puede pasar, como cuando en el hoyo 15 cambiaron las cosas muy rápido. Pero esto es así. Trate de mantenerme en mi juego y sabía lo que tenía que hacer. Nunca estuvo cantada la victoria", subrayó el chileno.

"Sabía que en el 18 tenía que hacer par o mejor para ganar. Sabía que iba con dos ventajas, pero siempre me puse en la cabeza que alguien iba a hacer birdie y e iba a terminar con -18. Salí a jugarlo como todos los días, pegué el drive en mi punto y salió perfecto. Después la piqué donde quería, y en los putters solo quería meterla", recordó.

Es el resultado de jugar en uno de los escenarios más importantes del circuito profesional norteamericano. "Es una cancha extraordinaria, hecha para un torneo como este. Del hoyo 12 al 18 pueden pasar muchas cosas, aún más en un field como este donde hay jugadores que pueden meter varios birdies y uno varios bogeys. En el 14 y el 15 se me enredó un poco, pero mantuve la actitud de seguir haciendo birdies y salió todo bien", remató el talagantino.